Podemos-Galicia, el clon del PSdeG

Apenas unos metros separan la centenaria farmacia de la familia de Carolina Bescansa del edificio del cantón do Toural en el que nació Mariano Rajoy. En esta zona de Compostela estaba también la mercería de la familia de Xosé Manuel Beiras. Aparece así un hilo conductor entre el eterno parlamentario nacionalista, nacido en 1936, el presidente del Gobierno, de 1955, y la gallega de Podemos, de 1971. Es a este vínculo al que suele referirse Feijóo cuando arremete contra la casta de los de Iglesias y se esfuerza en intentar presentarse como un producto de la Galicia rural, aunque no supiese porqué las vacas tienen nombres femeninos.

Sin embargo, lo más interesante de Bescansa no es su origen, por más que al PP o al PSOE les sirva para tratar de mitigar un poco el profundo desasosiego en el que están instalados desde las históricas europeas del año pasado, en las que por primera vez no llegaron conjuntamente al 50%. Lo relevante de esta politóloga compostelana es su papel de regente en la distancia de la sucursal galaica del naciente partido, que ya es según la encuesta oficial del gubernamental CIS la segunda fuerza política española. Ese sondeo y la manifestación madrileña del domingo pasado señalan el mejor momento de Podemos, justo cuando muestra los viejos tics de cerrar filas, al defender a Monedero e incluso a Tania Sánchez. 

Creo que se está incubando un descenso de las expectativas electorales del partido del círculo. Pero si se produce, será previsiblemente mucho más leve que su acelerado ascenso y, en cualquier caso, ha sido retardado por el triunfo de Tsipras en Grecia y por la zafia y brutal campaña de los que se lanzan a aplicar a los de Iglesias el alto nivel de exigencia ético de Podemos, que en cambio siguen sin aplicar a los suyos. La cacería contra los de Iglesias les vacuna un poco, pero no impide que ya estén dejando de ser lo nuevo y envejezcan, como le pasó a Age en su día. Pero a diferencia de lo que le sucedió a los de Beiras, no se vislumbra que les aparezca un competidor en su mismo espacio, así que si Podemos entra en una dinámica de retroceso seguramente no será abrupta como la de Age, sino más suave, como la del italiano Movimiento 5 Estrellas.

En Galicia Podemos funciona a partir del mando a distancia que tiene en Madrid Carolina Bescansa, como lo tuvo José Blanco en el PSOE en los tiempos de Zapatero o Fraga cuando estaba al frente de AP en España o incluso Rajoy, especialmente antes de la consolidación de Feijóo. Esa posición de Bescansa es una de las similitudes que presenta Podemos-Galicia con el PSdeG. Otras son su carácter de sucursal dependiente de la casa central, como ocurrió siempre en el socialismo gallego, y la tensión territorial bajo la fuerte competencia entre las dos principales agrupaciones urbanas, Vigo y A Coruña, una escisión que en el PP siempre estuvo atenuada por las baronías provinciales y en el BNG, por las capillas ideológicas. 

La lógica norte-sur marca las elecciones internas autonómicas de Podemos de la próxima semana. El candidato oficial a líder gallego, Breogán Riobóo, procede de la agrupación coruñesa, la segunda con más inscritos, 1.961. Le ha salido una rival, Ana Sánchez, de Vigo, el mayor círculo, con 2.251 inscritos. Sánchez estaba en el sector oficial en las elecciones locales, pero ahora representa la disidencia frente a la oficialidad del candidato ungido por el dedo de Bescansa, Riobóo, quien procede del nacionalismo. En la campaña interna Sánchez se ha revelado como una aspirante con más tirón, pero sería una gran sorpresa que el mando a distancia de Madrid fallase, aunque en el PSdeG ya pasó alguna vez, sin que dejase de ser una sucursal.

La familia Iglesias, el “Obradeiro” y la Galicia del Gaiás 
Enrique Iglesias toma el relevo de su padre con los 302.500 euros que recibe de la Xunta por su vídeo. Julio Iglesias cobró 300 millones del Xacobeo. Se mostró feliz por cantar en el “Obradeiro”. Cuando le apuntaron que se decía Obradoiro, afirmó que valía de las dos maneras y se quedó tan pancho. Parece que vuelve a la Xunta el espíritu de la fiesta, ese que condujo al disparate del monte Gaiás.

Feijóo, la Xunta pequeña y el verdadero escalafón del PPdeG
La rueda de prensa de Feijóo para explicar sus relaciones con Marcial Dorado, al día siguiente de la publicación de las fotos de 1995, ofreció la muy poco frecuente imagen que mostraba el verdadero escalafón del PP de Galicia. Al líder le flanqueaban sus dos lugartenientes, Alfonso Rueda y Pedro Puy. En el caso del primero nadie duda de su condición de número dos, pues ostenta ese cargo en el partido, como secretario general, y en la Xunta, como vicepresidente. 

Más difusa es la posición de Puy, portavoz parlamentario, que no tiene competencias ejecutivas, pero que, por su influencia sobre Feijóo y los departamentos económicos, acumula más poder que la mayoría de los conselleiros. Las sustituciones que va a efectuar Feijóo esta semana para cubrir las vacantes de los dos conselleiros que se presentan a las municipales ofrecen una nueva oportunidad de trasladar a la Xunta la verdadera estructura de mando del PP, especialmente porque una de las áreas que se van a cubrir, Facenda, encaja con la especialidad académica del profesor Puy. Se trataría, además, de una operación que reforzaría el peso político de la Xunta en un momento crítico, en el que se constata que el plus de resistencia de la economía gallega que invocaba Touriño no era más que un plus de retardo que puede provocar que, si en algún momento la crisis acaba en España, en Galicia se prolongue más.


Sin embargo, nada indica que Puy se vaya a incorporar al Gobierno, pues incluso en el PP descartan que Feijóo se lo vaya a ofrecer después de que ya lo hubiese rechazado. Desde las filas populares se argumenta también que no hay un recambio para él en el Parlamento, aunque en realidad podrían existir algunas soluciones.

Para cubrir las vacantes de Elena Muñoz en Facenda y Jesús Vázquez en Educación las quinielas señalan a mandos intermedios de sus consellerías, siguiendo la línea que ha aplicado hasta ahora Feijóo. Suenan así los nombres de Jesús Oitavén para Educación, en competencia con Valentín García y Anxo Lorenzo, y los de Socorro Martín y Ulpiano Villanueva para Facenda. Se mantendría así la estructura de una Xunta pequeña, no sólo en el número de sus consellerías, sino en el peso político de los conselleiros, opacados por la figura acaparadora del presidente.

Pero tampoco hay que descartar que Feijóo desee dar algún golpe de efecto tan de su estilo y salirse del carril, para no parecer tan previsible y conservador. En ese caso podría aparecer alguna otra opción, como la del diputado lalinés Román Rodríguez para Educación, una incorporación que, aunque no sea tan potente como la de Puy, sí elevaría un poco el escasísimo peso político del Gobierno.

A la espera del cambio de conselleiro, en el área de Educación se vivirá hoy el rebrote del conflicto lingüístico, con la manifestación convocada tras los escandalosos datos sobre descenso del uso de la lengua propia de Galicia, cuando lleva más de un lustro en el poder la primera Xunta de la historia que emitió el mensaje de “menos gallego”. En plena ola de frío, a Feijóo quizá le ayude hoy el general invierno.

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