Pintores para salvar


DOMINGO
Seguí por Telelugo la consagración de Carrasco Rouco como nuevo obispo de Lugo. La terminología y la liturgia eclesiásticas no son fáciles. En la homilía postconsagratoria de monseñor Carrasco se echa de menos una alusión, siquiera fuera de pasada, a su antecesor, fray José.

Obispos, familiares y clérigos asistentes a la ceremonia almuerzan en las nuevas instalaciones del seminario. A media tarde, aparece el alcalde Orozco, cordial y saludador, como de costumbre. Echa una charleta con Rouco Varela. Recuerdo que tres días antes, el Miércoles de Ceniza, lo vi en el Enterro da Sardiña, con su mujer, aguantando a pie de calle y con buen humor los ferretes que le dedicaban los cofrades. Yo discrepo del alcalde Orozco en muchas cosas, pero reconozco que es un verdadero político, quizá el único que merezca tal nombre en la panoplia institucional luguesa.

LUNES
Paso, como todos los días, delante del antiguo edificio del Banco de España, próximo a albergar, tras la pertinente remodelación, la delegación de Economía y Hacienda y la subdelegación de Defensa. La obra está casi terminada. Las antiguas puertas de la entrada principal, magníficas, han sido sustituidas por otras se supone que de mayor seguridad aunque no más estéticas. Me gustaría saber el paradero de los elementos reemplazados y, se supone, debidamente inventariados. Sobre material público que pasa a manos privadas cuenta Lugo con una larga e interesante tradición.

MARTES
Creo que el Museo Provincial, que anda en año de celebraciones, piensa dedicar varias exposiciones a algunos pintores lucenses inmerecidamente olvidados o postergados. Algo se quiere hacer, tengo entendido, sobre Os Urogallos, aquel colectivo informal en el que formaron los entonces jóvenes artistas Blas Lourés, López Guntín, Pacios, Tino Prados, Cancio y Puchades. Quizá se me escape algún nombre. O es posible que haya citado a alguno no perteneciente al grupo. Os Urogallos hicieron su primera exposición en el antiguo Ferreirós, el popular bar de la Ruanova, ahora cerrado. El gobernador civil José Luis de Azcárraga vio la obra, le gustó y les echó una mano: les facilitó un local y material para que trabajaran.


Un pintor que bien merecería una gran exposición monográfica es el viveirense Manuel Bujados Fernández. El Concello de Viveiro está preparando la que será sala municipal de exposiciones. Tengo entendido que llevará el nombre de Manuel Bujados, cosa que me alegra y me parece de justicia. En el museo de Lugo hay algunas obras, no demasiadas, de este extraordinario ilustrador y dibujante. La más conocida es el cartel turístico de Viveiro que realizó para la Exposición Iberoamericana de Sevilla de 1929. También está allí, que yo recuerde, un espléndido retrato a plumilla que le había hecho a su amigo Salvador Pérez Labarta y Pillado. En el pazo de Grallal, propiedad de la familia Labarta Pillado, había también otro dibujo interesante de Bujados: el escudo familiar de los Dutton. ¡Échale un galgo!

Mucha obra de Bujados tiene que estar en Argentina y quizá no sea difícil localizarla. El caso es ponerse a ello. Su sobrina de Lugo tal vez conserve alguna pieza. Otras dos sobrinas, a quienes gusto de ver cada vez que voy a Viveiro, viven ahora, desde hace apenas un mes, en la residencia de Betania, sobre la hermosa ría.

VIERNES
Me caen, como llovidos del cielo, dos libros sobre Valle. El uno es el facsímil del manuscrito del cuento Mi bisabuelo, uno de los que integran Jardín umbrío. El autógrafo pertenece a Jorge Devoto del Valle-Inclán, uno de los nietos de don Ramón. Otro, Joaquín del Valle-Inclán Alsina, yo creo que propietario del grueso del archivo de su ilustre abuelo, agrupa inéditos y desconocidos. Hay entre ellos unas ciento cincuenta cartas, no todas de interés, a mi juicio. Para mi desilusión, no rastreo correspondencia relacionada con la candidatura carlista de don Ramón por el distrito de Monforte de Lemos, asunto de antigua curiosidad para mí. No había resultado elegido, como se sabe.

Era difícil triunfar en aquellos comicios de 1910, a los que concurrieron candidatos muy fuertes. Así, que uno recuerde, nuestro Montero Villegas (digo nuestro porque este periódico se volcó en su apoyo); Osma, que arrasó en Monforte, y Goicoechea, por Becerreá. Don Antonio Goicoechea ocupó la portada de ABC cuando el asesinato de Calvo Sotelo. Fue él quien pronunció las famosas palabras del entierro del líder derechista. El discuso de "imitar tu ejemplo, vengar tu muerte, salvar a España". Lo leíamos, cuando niños, en el Lecturas de Edelvives.

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