La zona de A Pinguela, en Monforte, fue durante décadas un espacio baldío. Allí acababa el casco urbano y empezaba la carretera que conducía a la parroquia de Piñeira y a Sober. Los más viejos recuerdan una fábrica de curtidos junto al río Cabe y el funcionamiento de una prisión preventiva. El edificio de la factoría aún se mantiene en pie, sin actividad, pero la cárcel fue derribada hace dos décadas con el fin de crear instalaciones deportivas.
Hace cuarenta años, los niños y jóvenes del cercano barrio de Carude utilizaban los grandes terrenos sin uso para jugar al fútbol, una vocación que luego continuó con la construcción a mediados de los años 90 del siglo pasado de un estadio con pistas de atletismo, sumándose a
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