Unas horas antes de que se cumplan los dos meses de huelga en el servicio de recogida de basura de Lugo, parece abrirse una ventana a la esperanza. Una nueva reunión entre las dos partes parece haber deparado "pequeños avances". Así lo dejaron entrever algunos trabajadores, aunque el encuentro, que empezó a las cinco de la tarde de este miércoles, a medianoche no había terminado.
La misma duración de este encuentro parece invitar al optimismo, porque nunca había durado tanto una reunión entre las partes. Con todo, los posibles acuerdos tienen que ser refrendados por todos los trabajadores en asamblea.
Se desconoce exactamente cuáles son esos "avances", ya que se está negociando sobre varios aspectos: los despidos y los expedientes, consecuencia de la huelga, o los asuntos que la originaron, como la paga de 600 euros que la empresa no quiere mantener, la duración del convenio o los recortes salariales que propone Urbaser.
Esta reunión es la sexta después del fracaso en las cinco anteriores, promovidas varias de ellas por el mediador designado por el Consello Galego de Relacións Laborais. En la anterior, la del martes, este mediador hizo una propuesta económica que parece haber sido aceptada por los empleados.
AMPLIAR LA DEMANDA
Por la mañana, los trabajadores y sus representantes habían solicitado un aplazamiento en la tramitación de la demanda judicial que presentaron contra Urbaser y el Ayuntamiento de Lugo por presunta vulneración del derecho a la huelga.
La razón es que los huelguistas quieren ampliar la demanda a los ayuntamientos limítrofes que cedieron material y personal para recoger la basura en los primeros días de huelga. La jueza admitió este aplazamiento, aunque solicitó que esto no fuera utilizado como arma en la negociación.
LA HOGUERA POLÍTICA
El día también vivió polémicas de tipo político. El PP volvió a pedir que se haga ya el descuento prometido en el recibo de la basura por los días en que no se prestó el servicio, y el Ayuntamiento volvió a insistir en que lo hará en el recibo de octubre, por cuestiones técnicas.
Y el fuego político fue atizado tanto por el PP, que denunció la existencia de "ratas agresivas" en la ciudad a causa de los 59 días sin recogida —desmentida por el gobierno local—, como por el BNG, cuya edil Paz Abraira se quejó de que la Policía Local la haya denunciado en la Subdelegación del Gobierno por tomar fotos de una manifestación de los trabajadores (y del cordón policial).
Los puntos de emergencia sanitaria decretados por los inspectores de Sanidade se redujeron de 36 a 25. De ellos, una decena corresponden a calles completas.
