Patrimonio desoye dos peticiones para reparar el túnel de Montefurado

El Concello de Quiroga le envió cartas en las que alerta del deterioro de la obra romana
Túnel romano de Montefurado
photo_camera Túnel romano de Montefurado

El Ayuntamiento de Quiroga denunció este lunes que la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural de la Xunta de Galicia desoyó dos peticiones de ayuda que le envió el equipo de gobierno local para actuar ante el deterioro del túnel romano de Montefurado, una situación de la que ya alertaron varios expertos.

Según la versión municipal, la primera vez que se hizo partícipe a Patrimonio de la preocupación por el túnel fue el 20 de marzo de este año. Ante la falta de respuesta, el pasado 16 de mayo se envió una nueva carta a la que tampoco hubo reacción.

En el documento remitido a la Xunta, el equipo de gobierno alerta de que el túnel romano sufre todos los inviernos la presión de las crecidas del río Sil y que en el año 2016 las inundaciones fueron especialmente fuertes. La fuerza del agua está desgastando el túnel y el Ayuntamiento ampara su preocupación en informes y documentación de geólogos.

Juan Ramón Vidal Romaní, director del Instituto de Xeoloxía de la Universidade da Coruña destacó que el nivel de presión que aguanta ha puesto al túnel de Montefurado al borde de sufrir un derribo.

En el año 1934 ya se produjo uno que afectó más o menos a la mitad de la Bóveda. En los años posteriores hubo desprendimientos de terreno de distinta magnitud sobre la boca de salida de este vestigio de la minería romana.

El Ayuntamiento, ante la gravedad de la situación, solicitó a la Dirección Xeral de Patrimonio la realización de estudios que permitan determinar con exactitud el riesgo de derribo, así como la adopción de medidas urgentes para contrarrestar ese peligro y evitar que la bóveda se colapse.

LAS ALTERNATIVAS. La solución que proponen los expertos para garantizar la estabilidad del túnel es el desvío del cauce del Sil. El reto sería volver el río a su recorrido original (los romanos secaron el antiguo cauce para sacar oro de la montaña).

Esto permitiría hacer los trabajos necesarios de consolidación de la estructura con seguridad y rapidez. Además, supondría bloquear la entrada de agua al túnel y trabajar prácticamente en seco. Una vez finalizadas las obras de estabilización de la construcción, se retornaría el curso del río a la situación actual o también se podría optar por dejar el túnel aislado para siempre, con lo que la integridad de la cavidad quedaría garantizada e incluso se convertiría en visitable por el público como gran elemento de interés turístico.

Si se descarta desviar el cauce, la otra alternativa para consolidar la entrada del túnel pasa por rellenar unas fisuras abiertas con cemento hidrófugo y después estabilizar la pared con una red y unos anclajes. También habría que instalar un sistema de drenajes para evacuar el agua de la parte superior de la construcción romana.

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