Pasos adelante y atrás

Foto: ANTONIO LÓPEZ
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EN CIERTA ocasión durante la Revolución Francesa Luis XVI prefirió quedarse con sus relojes a atender a una especie de embajador del pueblo que venía a plantearle unas cuantas medidas que bien se podrían resumir en que tenían hambre. Cuando se negó a recibirle, uno de sus cortesanos, infiltrado de Danton y compañía, se lo advirtió: «Tenga cuidado sire, alguno podría perder la cabeza». Pero él nunca llegó a captar la indirecta.

La revelación de Javier Castiñeira sobre la afiliación de Jaime Cancio al PP a principios de los 90 (¿todavía era AP?) es un auténtico bombazo. Cancio opone que nunca pagó cuotas más que al partido que considera su casa: el PSOE.

Todo este asunto del PSOE de Foz se está enredando más de lo que era previsible. ¿O tal vez no?

Nos consta que hubo varias voces de varios municipios que desaconsejaron esta maniobra donde tenían que hacerlo. No se les escuchó. Ahora temen el efecto rebote que el problema está generando en el resto de la comarca de A Mariña.

Porque mientras en Foz está por ver cómo acaba todo esto y no habrá forma de saberlo con certeza hasta dentro de ocho meses y medio, en el resto de municipios de A Mariña están percibiendo muchos miembros del PSOE que la pelota les viene de vuelta sin que ellos hayan llegado a lanzarla.

La explicación es que mientras en el propio Foz el asunto del regreso de Cancio a la que fue su casa se debate con cierto conocimiento de causa, en todos los demás municipios mariñanos la percepción es muy distinta, y lo que se vislumbra es una lucha del poder por el poder. Justamente eso que quieren evitar en su partido a toda costa: ser percibidos como unos arribistas y por lo tanto incluidos en el «todos son iguales» del que, con buen tino, tratan de huir.

Otro cantar es cómo arrimó Castiñeira el ascua a su sardina, aprovechando este descontrol trufado con juicios a García Rivera que va ganando sucesivamente. El alcalde de Foz cree que lo que sucede con Cancio da patente de corso nada menos que a Mariano Rajoy para ejecutar su reforma electoral. Esto es algo así como decir que como yo abrí una mercería y me fue bien, Steve Jobs debería haber abierto también mercerías.

Esa reforma, para la que se les va acabando el tiempo, huelga decir que es contemplada con diferente entusiasmo según la puerta a la que se llame. El jolgorio que despierta en Foz, por ejemplo, no tiene nada que ver con la indiferencia con la que se la ve en Barreiros o la poca gracia que hace en Ribadeo. Y esto refleja que, en realidad, por muchas declaraciones que hagan nuestros alcaldes del PP o sus números 1 de otros municipios, lo cierto es que nadie les va a preguntar nada ni su opinión será tenida en cuenta en ningún momento.

Porque de lo que estamos hablando aquí es de matemáticas de altura, pensada para localidades del tamaño de Lugo hacia arriba. Nada le va a trastornar a Mariano Rajoy la opinión al respecto del que vaya a ser candidato de su partido, digamos, en O Vicedo, sea el que sea, que por cierto está por ver.

Ese proyecto, en la comarca costera de la provincia tendrá una incidencia muy relativa. El mapa electoral con respecto a lo que hay ahora variaría en apenas tres o cuatro municipios. Eso sí, dos de ellos significativos por diferentes razones. Uno sería Viveiro, trascendente por motivos obvios de población, y otro Mondoñedo, más representativo por su significación histórica y el calado que arrastra todavía su historia milenaria.

Esa unanimidad que muestra el Partido Popular sobre estas cuestiones matemáticas es una pena que no la aplique también a temas jurídicos. Ocasiones tendrá ahora que hay un nuevo ministro del ramo al que pedir que ya que no se van a mejorar, que al menos no se pierdan los juzgados de Mondñedo y Viveiro.

Por más que lo intentamos, es realmente complicado que alguien llegue a explicar con claridad lo que será y qué se hará en los denominados ‘tribunales de instancia’. Eso es en lo que se transformarían.

El diputado Jaime de Olano seguro que sabe algo al respecto, pero tampoco lo especificó demasiado. El exalcalde de Mondoñedo, Luis Rego, nada sospechoso de ser un rojo peligroso, está indignado con la propuesta del que fue su partido porque asegura que condenaría a los vecinos de la comarca a perder un servicio tan importante como el judicial.

Viniendo esa opinión de alguien de las entrañas del PP, que ya no necesita de la política para vivir y con un sentido común por encima de la media, lo cierto es que es para echarse a tembar.

EL GUSTO. Una escuela de la que todavía hay mucho que aprender

EDMUNDO MASEDA, alcalde de O Valadouro, está sacando adelante una escuela de productos ecológicos en su Concello. Es la única de la provincia de sus características y el hombre está ilusionado, porque al margen de ser alcalde, es un profesional reconocido y reconocible del sector. Más allá de las enseñanzas que reciban los alumnos que allí se encuentran, Maseda tiene en mente proyectos interesantes que tienen su importancia, sobre todo, si son vistos desde la óptica de una provincia cuyo interior se despuebla a pasos agigantados y que precisa de algo que la revitalice. Cualquier idea es bienvenida.

EL DISGUSTO. El curso arrancó más revuelto de la cuenta en A Mariña

EL ARRANQUE del curso escolar se le está atragantando a Jesús Vázquez en la comarca. Si el año pasado el problema se le circunscribió prácticamente al colegio de Cervo y sus padres díscolos, que se quedaban sin comedor, este año tiene más frentes abiertos, y la consellería, cuya nueva representante en la provincia es la vivariense Mariña Gueimunde, debe andar apagando fuegos en varios municipios. El más urgente parece plantearse en Viveiro, concretamente en el instituto Vilar Ponte, donde dimitió en bloque el equipo directivo. Se verá cómo se arregla algo así sin que nadie dé el brazo a torcer.

(Publicado en la edición impresa el 29 de septiembre de 2014)

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