Un paraíso para los árboles

El vivero de Sambreixo cultiva en sus diez hectáreas gran variedad de especies, entre las que destaca el castaño híbrido. Las instalaciones, que dependen de Medio Rural, emplean a cuatro personas y están supervisadas por el agente forestal de Guitiriz
Canalizaciones originales del vivero
photo_camera Canalizaciones originales del vivero

A cinco kilómetros de Parga, en un espacio natural en el que se respira tranquilidad, la Consellería de Medio Rural sostiene el vivero forestal de Sambreixo, la única instalación de este tipo que se conserva en la provincia -y de las pocas de Galicia- tras la reconversión de Os Trollos, en Bóveda, en aula forestal.

En una amplia superficie de diez hectáreas repartida en calles y huertos y aprovechada prácticamente en su totalidad, los cuatro trabajadores del vivero dedican buena parte de su tiempo a que prospere un ambicioso proyecto de castaños híbridos en el que se lleva años trabajando y al que más fondos se destinan.

La planta no se vende, para no competir con los viveros privados, sino que se usa en montes públicos o en campañas de divulgación

El objetivo no es otro que diseñar plantas válidas para la producción de madera o frutos, más resistentes a las enfermedades y para ello se cuenta con diez clones, «que aunque parecen todos iguales, no lo son, por lo que hay que tener cuidado de no perder el clon», tal y como explica el agente forestal que se encarga de supervisar el recinto, David Vilela.

Se ha optado por la técnica de reproducción acodo bajo que consiste, básicamente y al margen de muchos detalles técnicos, en hormonar y cubrir con tierra las cepas con brotes durante varios meses, hasta que estos echan raíces y por lo tanto ya se pueden cortar y plantar. De este castaño híbrido, que es un cruce entre la especie autóctona y otras procedentes de oriente, el vivero guitiricense produce entre 12.000 y 15.000 plantas al año.

A este cultivo se unen los semilleros de arce y, sobre todo, de pseudotsuga menzziesii, más conocido como pino de Oregón, otro cultivo por el que se ha apostado en el vivero desde 2006, con 56 clones repetidos 18 veces. Además, en el vivero se cultivan, con mayor o menor presencia, más de una decena de variedades comunes, como roble, laurel, fresno, abedul, cerezo, haya, aliso..., junto a otras más singulares, como por ejemplo el ginkgo biloba.

El recinto cuenta con un manantial propio, varias edificaciones rehabilitadas o un arboreto con más de 60 especies diferentes

Ninguna de estas producciones tiene fines comerciales ya que, según precisan desde la Consellería de Medio Rural, «a Xunta non fai venda ao público para evitar competir cos viveiros privados». Por ello, buena parte de sus plantas se destinan «aos nosos montes en xestión», además de a campañas de divulgación, como la conmemoración del Día del Árbol, en el que se regalan a asociaciones, comunidades de montes, centros educativos o concellos.

El vivero cuenta también con un arboreto inaugurado hace más de una década en la zona de un antiguo pinar, al que se han ido añadiendo especies hasta sumar más de 60. El riego depende de una fuente propia. Aunque el sistema se ha modernizado con los años, aún se conservan algunas de las canalizaciones originales.

Las antiguas viviendas del guarda forestal y los ingenieros -resta una por rehabilitar- se han reconvertido en almacén de mucha de la documentación sobre montes que atesora la Administración autonómica. Además, las viejas cuadras son ahora el local del los trabajadores, donde tienen vestuarios o un comedor.

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