ESTHER GARCÍA pasó por la Fastskin Wear de Elda. No todos los aficionados al mundo de la moda llegan allí. Ella lo logró poco más que con el boca a boca, una fama ganada a pulso gracias a sus diseños innovadores y desbordantes de imaginación y colorido.
¿Desde cuándo empezó con el diseño de artículos de moda y complementos?
El tema de la moda y de la caracterización siempre me gustó, de pequeña hacía vestidos para las muñecas, hacer disfraces me encantaba y con 15 o 16 años subía a revolver en el desván de mi abuela, me gustaba muchísimo, le llamaba El Corte Inglés. Allí había de todo y le cogía abrigos de los años 60 y 70 que luego transformaba a mi manera. Pero con el tema de los bolsos empecé hace dos veranos, hice un capazo para ir a la playa, me paraban por la calle preguntándome por él y un amigo que tiene una tienda de moda, me pidió que le hiciera una colección para su escaparate, me inspirara en temas mexicanos: estampados navajos, calaveras mejicanas, Frida Kahlo. Llegaba a casa de trabajar y me ponía a hacer más. Este verano pasado como el tema de los capazos estaba ya muy visto, quería hacer algo muy diferente y, aprovechando piezas y pasamanería que había comprado en viajes, empecé con la colección de los clutch o bolsos de mano.
¿En qué se inspira a la hora de realizar su trabajo?
Mi marca tiene un estilo Boho Chic, está completamente inspirada en aires hippies, étnicos... Pero cuando dices hippie a la gente le viene a la cabeza la imagen de los hippies perroflauta, y no tiene nada que ver. Mi estilo está cargado de bordados, combinación de colores, plumas, flecos. Pero de todas formas, yo solo creo un complemento, el estilo se lo da la persona.
¿En qué se inspira para los diseños?
A mí me inspira la calle y los viajes, hay dos ciudades que me cargan de ideas. Una es Ibiza, puedo perderme horas en sus mercadillos; o tomar un café en Nueva York y ver la gente pasar, me fijo mucho en cómo visten allí. En un momento ves desfilar todos los estilos de moda. Son ciudades muy cosmopolitas donde hay mucho para fijarse y aprender. En septiembre estuve en Canadá y visité poblados indios, el de los Mohawks. Me inspiró mucho y vine cargada de atrapasueños y objetos tribales para hacer nuevas creaciones.
¿Cómo fue la experiencia de exponer en Elda?
Gratificante y muy bonita, estoy muy agradecida de que hayan contado conmigo. Fue una suerte, ya que yo no me dedico profesionalmente a la moda, solo es un hobby.
¿Qué tiene ahora en mente?
Si tengo tiempo, igual me animo a enviar algún proyecto para junio a la Galicia Fashion Week, pero no es nada seguro. Por lo demás no tengo nada a la vista, pero a donde me llamen voy encantada.Soy realista y sé que el mundo de la moda es muy complicado y más para una persona como yo, que no tengo ningún tipo de formación en este ámbito.
¿Cuáles son los diseñadores que le gustan especialmente?
Diseñadores sigo a todos y a ninguno, no tengo ninguno favorito, va un poco por temporadas y por colecciones, esta temporada me gustó mucho la colección de Cavalli y la de Valentino me pareció espectacular, un claro ejemplo que el estilo boho no está reñido con la elegancia.
En su trabajo, ¿ofrece a la gente la posibilidad de adaptarse a peticiones que reciba?
Claro que ofrezco la posibilidad, puedo adaptarme a colores, más o menos plumas, flecos, pompones etcétera. Ahora mismo estoy tuneando unos trajes de flamenca de unas compañeras, me los trajeron para darles un toque étnico.
¿Se plantea esto como un trabajo del que pueda vivir?
No tengo ningún proyecto a la vista, para mí esto es un hobby, lo disfruto así y mientras me vayan pidiendo seguiré creando y a donde me llamen, voy encantada.
¿Trabaja alguna cosa más en materia de complementos o bisutería?
Sí que empecé haciendo algo de bisutería con piezas tribales afganas. Este verano cuando estuve en Nueva York compré muchas piezas en el Soho y piedras talladas de Jade en China Town , también en colores muy vivos ideales para el verano.
