Para carne, la de Prodeme

Para conseguir la mejor carne de ternera posible es imprescindible una buena alimentación. Se trata de una máxima que desde 1995 tiene la asociación de apoyo a los minusválidos intelectuales Prodeme de Monforte, fecha en la que se embarcó en el proyecto de creación de una granja bajo el marchamo de calidad Tenreira Galega. El objetivo era doble: ocupar a parte de los jóvenes tutelados por la entidad y, con la comercialización de las reses, conseguir fondos que ayuden a mantener la estructura del colectivo.

Catorce años después, Prodeme se ha fijado una nueva meta. Ahora se trata de mejorar la alimentación de su cabaña de terneros, unos cuatrocientos. Para conseguirlo se dejará de utilizar pienso y se pasará a usar maíz y cebada. Ete martes, el gerente de la asociación, Julio Cortiñas, presentó un "sistema novedoso, que sólo funciona en la zona de Meira (Lugo) y Mazaricos (A Coruña), consistente en una máquina que primero tritura y luego muele el cereal que más tarde se ensila en sacos de 65 toneladas".

La idea, según explicó Cortiñas, es "conseguir cerrar el ciclo completo de alimentación y autoabastecernos". Reconoció que, por el momento, el maíz y la cebada no procede de la comarca de Lemos, pero espera que ello cambie pronto, cuando "los agricultores de nuestro entorno perciban que tenemos una necesidad real de este cereal y comiencen a producirlo, sobre todo cuando, gracias al regadío Val de Lemos, esta zona reúna unas condiciones excelentes para su plantación".

El fin último, según Julio Cortiñas, consiste en "lograr una alimentación aún más natural para nuestros terneros, pero, lo reconocemos, también más barata, pues el pienso ha subido muchísimo en los últimos años".

Esta última circunstancia ha propiciado que Prodeme haya pasado de las mil cabezas que criaba en los primeros años de andadura de su granja a disponer en la actualidad de solamente la mitad.

Con el cambio de alimentación, añadió el gerente de Prodeme, será posible abaratar la ración por cabeza de ganado entre un 20 y un 25 por ciento y tendrán la capacidad de, dijo, "volver a criar un millar de reses o incluso duplicar esa cifra".

El mercado es capaz de absorber esa cantidad. De ello está más que convencido Cortiñas, quien habla de que venden "sobre seguro gracias a la calidad que le proporcionamos a nuestros clientes". Entre ellos tienen a la firma Eroski, que ya le ha realizado un importante pedido para el próximo año.

Las grandes cadenas no son los únicos que se benefician de los terneros que salen de la granja de Prodeme. Cualquier vecino de Monforte o de cualquier lugar de la Ribeira Sacra tiene la posibilidad de conseguir esta carne de primera calidad en un establecimiento montado a lado de la residencia Abrente, junto al mercado ganadero de la ciudad del Cabe.

Líneas de negocio
Otra línea de negocio que tiene en mente la gerencia de la asociación de ayuda a los discapacitados psíquicos es la del cerdo celta. Para ello, sus responsables están rematando el acondicionamiento de una finca en Pantón para que estos animales se críen en libertad y, así, lograr, como en el caso de la ternera, obtener un producto que destaque por su excelencia.

Lo único que Prodeme ha abandonado ha sido un proyecto consistente en la puesta en marcha de una pequeña quesería artesanal. Julio Cortiñas habló de un plan "bastante complicado, no tan fácil como nos parecía en un principio", sobre todo, añadió, debido a que "tras echar números, las cuentas no nos salían y resultaba arriesgado introducirnos en un mercado con mucha competencia".

En total, en todas estas actividades trabajan unos cuarenta tutelados. El resto, hasta los 89 que son atendidos por Prodeme en Monforte, desempeña otras labores.

Unos trabajan en una nave de placas y molduras de escayola, otros en invernaderos en los que se cultivan diferentes productos de la huerta y algunos en la recogida de aceite doméstico usado, plan que cuenta con el apoyo del Ayuntamiento y de la Xunta de Galicia, que le cedió dos furgonetas para desempeñar esta labor.

Con todo, Julio Cortiñas destacó que "aquí, en nuestra asociación, nadie está parado, a excepción de las personas que superan los 65 años y que para nosotros ya están jubiladas. Los que no trabajan en las labores agroganaderas atienden el comedor del que dispone el centro, la cocina, la lavandería o realizan tareas de limpieza en las instalaciones".

Una casa de comidas y seis pisos tutelados
Otro de los proyectos que tiene en marcha la asociación monfortina estará listo para finales de año, según la previsión de Julio Cortiñas. El colectivo trabaja en la construcción de seis pisos tutelados en el inmueble número 78 de la Rúa Reboredo. El reto es construir seis viviendas para los usuarios de Prodeme con cierta autonomía.

Además, el proyecto también incluye la adecuación de una casa de comidas en la que trabajarían los miembros de Prodeme con el apoyo de varios tutores. El reto de la iniciativa, es favorecer la inserción social de los discapacitados psíquicos y su propia autoestima al ayudarles a ser autosuficientes.

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