Un kamikaze siembra el pánico en la A-6, donde otro causó un accidente mortal hace una semana

Varios conductores dieron la voz de alarma al 112 al encontrarse con un coche de frente que les encendía las luces. Finalmente, no causó ningún percance y Tráfico no pudo localizarlo

Ocho días después, el pánico volvió a la autovía del Noroeste (A-6) en el límite entre las provincias de Lugo y A Coruña, entre los municipios de Guitiriz y Aranga, a causa de un conductor que circulaba en sentido contrario por los carriles de dirección a la capital lucense. La escena se produjo poco más de una semana después del trágico accidente registrado en el punto kilométrico 456, provocado por un conductor que iba en sentido contrario, quien falleció y causó la muerte de un vecino de Ourense con el que colisionó de frente y heridas graves a una joven de Ferrol que se vio implicada en el choque.

Fueron varios los automovilistas que dieron este domingo por la tarde, en torno a las 18.30 horas, la voz de alarma. Se dirigían hacia Lugo y se encontraron de frente con otro turismo que circulaba en sentido A Coruña. La mayoría avisó a la central de emergencias del 112, donde se informaba de que ya tenían constancia de los hechos y que habían dado aviso a las fuerzas del orden.

Varias patrullas de la Guardia Civil de Tráfico se acercaron a la zona para tratar de interceptar al kamikaze, pero no lo localizaron, tal y como confirmaron desde el puesto de A Coruña. Por ello, tampoco fue posible determinar en qué punto accedió a la autovía al revés ni en cuál la abandonó.

Afortunadamente, no hubo que lamentar ningún daño personal, ni siquiera material, a diferencia de lo ocurrido hace una semana. Sin embargo, quienes se encontraron con el coche de frente vivieron segundos de auténtico pánico y los momentos posteriores fueron invadidos por una gran "angustia", tal y como relató uno de los testigos.

Este conductor, que circulaba en dirección Lugo, explicó que a la altura del kilómetro 455 se disponía a realizar una maniobra de adelantamiento cuando se encontró con otro turismo de frente que le encendía las luces. "Tuve que dar un frenazo para evitar el adelantamiento y dar un volantazo para volver a la derecha", afirmó.

Añadió que la angustia vivida no fue solo por él y quienes lo acompañaban, sino también por un grupo de amigos que iban más atrás en otro coche y con los que tardaron en contactar.

El hecho de que el kamikaze fuera dando las luces hace pensar que podría ser consciente de que iba en dirección equivocada, se desconoce si aposta o no, y avisaba para evitar una colisión.

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