Pánico en la cocina

Alberto Mallo, en su casa de A Fonsagrada.
photo_camera Alberto Mallo, en su casa de A Fonsagrada.

El fonsagradino Alberto Mallo recuerda como una pesadilla su paso por el bar El Lavaderu, en Gijón, donde trabajó con el pinche de cocina acusado de envenenarlo a él y a sus compañeros. Fue evacuado tres veces del local en ambulancia por estar indispuesto.

taquicardias fuertes y prolongadas, enrojecimiento súbito de todo el cuerpo, mareos, pérdida de los sentidos del olfato y del gusto... Esos son algunos de los síntomas que, durante años, aparecieron de forma reiterada en el historial clínico de Alberto Mallo Castelao sin que ningún médico fuese capaz de explicar a qué se debían. Este fonsagradino acaba de recibir ahora con una mezcla de indignación y sorpresa la noticia de la detención del pinche de cocina del local en el que trabajaba -la sidrería asturiana El Lavaderu-, a quien se le acusa de haber envenenado a los dueños y al personal del negocio durante años.

En el año 2000, Alberto Mallo fue contratado como camarero en el establecimiento, ubicado en el casco histórico de Gijón, y rápidamente hizo buenas migas con sus compañeros. Tras desempeñar varios roles, en el año 2006 ascendió a jefe de cocina y empezó a trabajar codo con codo con el ahora detenido, Andrés F. F., de 55 años «Era una relación perfecta, me parecía un muy buen compañero», dice aún sorprendido, al no haber desconfiado nunca de él.

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