Pacto sellado en el Pazo

EL FUTURO se oscurece poco a poco para el Breogán. Todo era luz en las últimas jornadas de la Liga regular, pero con Michel Diouf de baja y Adrián Laso tocado, la final de hoy ante el Peñas Huesca se presenta cuesta arriba. El infortunio se presentó en el Pazo en el momento justo para tirar por la borda en una semana el trabajo de toda un temporada. Primero con la lesión de Dani Rodríguez, que afrontó lesionado el primer encuentro de la serie, y ahora con la de Diouf, que le deja fuera de combate el día D en la hora H.

Visto el panorama, una de las opciones sería echar las culpar a las meigas, bajar los brazos y pensar ya en el próximo proyecto, pero eso con el Breogán por medio ni se contempla. Lo que falte sobre la pista se pondrá desde la grada de un Pazo que hoy presentará la mejor entrada de la temporada.

Los jugadores se han vaciado esta campaña y se merecen que la afición haga un esfuerzo extra. Y los seguidores celestes han estado siempre al lado de su equipo y se merecen que los jugadores hagan también un esfuerzo extra. No se hable más, pacto sellado por ambas partes y que pase lo que tenga que pasar. Lo importante es que todos se vayan para casa con la conciencia tranquila después de haberlo dado todo, unos en la pista y otros en la grada. Para pensar en lo que va a suceder la próxima temporada hay mucho tiempo por delante.

Sandaza tenía razón, así que se le da, y punto

Ya lo dijo Sandaza hace tiempo: el Lugo debe ser ambicioso y pensar en el play off de ascenso. El tiempo parece haberle dado la razón al delantero rojiblanco, que vio desde la grada el pasado sábado el triunfo sobre la Ponferradina que sitúa a los de Quique Setién a un paso de la permanencia.

Faltan siete jornadas y al Lugo no le queda otro remedio que pensar en los seis primeros puestos. Hablar ahora de permanencia sería pecar de falta de ambición. Es cierto que es el objetivo único y la temporada será un éxito solo con no perder la plaza en la categoría, pero ahora mismo la afición necesita dibujar un objetivo en el horizonte para bajar al Ángel Carro con ilusión.

Y esa meta son los play off de ascenso a Primera. Entra algo de vértigo al hablar de la máxima categoría del fútbol español, cierto, pero el Lugo no tiene culpa de estar a dos puntos de la zona de promoción.

El partido del próximo sábado en el campo del Spórting de Gijón y el del 3 de mayo en el Ángel Carro ante el Deportivo marcarán probablemente el discurso del Lugo hasta el final de temporada. Es posible que sea distinto al actual, pero mientras tanto el que tiene la razón es Sandaza, así que se le da, y punto.

Cuarenta años no es nada en el Vicente Calderón

Cuarenta años, lo mismo que duró la dictadura de un señor de Ferrol, ha tardado el Atlético de Madrid en regresar a una semifinal de la Liga de Campeones. La anterior (por entonces en la Copa de Europa) la disputó ante el Celtic de Glasgow, en una eliminatoria que pasó a la historia por el partido de ida, disputado en Escocia, y que en condiciones normales, atendiendo a la magnitud de las patadas allí registradas, debió terminar con el árbitro agotado de mostrar tarjetas rojas y cinco futbolistas por bando jugando un partido de fútbol sala. Semejante leña sería impensable a día de hoy incluso con un equipo de Mourinho enfrente, pero que nadie lo dude, del Calderón saltarán chispas hoy en el Atlético de Madrid-Chelsea.

No se esperan rondos de 40 pases, ni regates que ver después en el Youtube hasta cansarse, lo que habrá sobre el césped será fútbol al máximo nivel de intensidad. Dos conjuntos fogosos, físicos, agresivos, marcados por el carácter de sus entrenadores, dos tipos que solo conciben el fútbol como un camino hacia la victoria.

Mourinho regresa a Madrid para verse las caras con un equipo que se parece mucho a lo que él busca. Es como si Simeone se hubiese apropiado del sueño del portugués y lo haya vestido de rojiblanco. Lo que Mou persigue es lo que se ve cada quince días en el Calderón.

El Atleti que maravilla al mundo se asemeja mucho al Madrid que construyó (o intentó construir) Mourinho y que terminó bañado en críticas por su racanería. Como al actual entrenador del Chelsea le dé hoy por bajar del hotel al quiosco y lea los elogios que Simeone recibe día tras día no va a entender nada.

(Publicado en la edición impresa el 22 de abril de 2014)

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