Paco Souto: el mar llevó sus versos

El poeta y concejal en Malpica se dejó la vida recogiendo percebes. Fue un incansable activista e indispensable editor
Paco Souto
photo_camera Paco Souto

No se sabe si se resbaló o si un golpe de mar lo arrastró cuando recogía percebes en Razo, parroquia carballesa situada a pocos kilómetros de Malpica, el pueblo marinero en el que vivía desde hacía años. Desde allí le escribía con devoción y respeto a ese inmenso océano que acabó por llevárselo, como él mismo pareció presagiar en alguno de sus versos. "E o sal na boca/ese sabor a sal na boca/coma se a morte viñese cada nove ondas".

Tenía 54 años. Paco Souto, poeta, percebeiro, dinamizador cultural, editor y concejal, nació en A Coruña y se empapó del ambiente literario en el Halcón Maltés, punto de encuentro de bardos herculinos a mediados de los ochenta. En Santiago, a finales de esa década, formó parte de la revista Ólisbos y en los noventa se embarcó en proyectos como Edicións do Dragón, Letras de Cal o el Batallón Literario Costa da Morte. Cuidadoso editor, formó parte de una generación de nuevos poetas gallegos que buscaba romper con el elitismo de sus predecesores y encontrar vías para publicar y dar salida a sus creaciones. Su inquietud también lo llevó a impulsar la Asociación Cultural Caldeirón o al premio de poesía erótica Illas Sisargas.


Muerte
Souto murió a los 54 años en la playa de Razo. Deja mujer y dos hijos y un enorme vacío en la Costa da Morte que lo acogió

Versos
Llenó sus poemoas de salitre y alguno parecía presagiar su muerte: "Ese sabor a sal na boca/coma se a morte viñese cada nove ondas"


EL ADIÓS. El pasado 30 de marzo el mar se lo llevó y un día después el tanatorio de Malpica se quedó pequeño en el acto civil que sirvió para darle el último adiós. Se recitaron sus poemas y, entre sonidos de caracolas y gaitas, desfilaron ante su imagen imponente Manuel Rivas, Xurxo Souto, Marilar Aleixandre, la conselleira Rosa Quintana... También sus compañeros del BNG, partido por el que era edil en la oposición en Malpica y que lo incluyó en las listas al Congreso en junio de 2016.

El Paco Souto activista había sido uno de los portavoces de 'Nunca Máis' cuando el Prestige tiñó de negro la costa. Fue una de sus muchas luchas. La defensa del gallego, tal vez, la prioritaria. Aunque también enarboló la banderas antimilitarista y ecologista. El Paco Souto artista fue poeta heterodoxo, ilustrador innovador, divulgador radiofónico desde Radio Roncudo, radio libre de la Costa da Morte, impulsor incansable de proyectos multidisciplinares. Firmó una pieza teatral, participó en obras colectivas y publicó seis poemarios, como 'Fado' o 'e Caín', el último, en 2016. Algunos fueron premiados, como 'As árvores do incesto', que le valió el Espiral Maior, o 'As horas de María', ganador del Johán Carballeira.

MUJER Y DOS HIJOS. El Paco Souto íntimo deja mujer y dos hijos adoptados en España y China: Alba y Lino. A Emma, su compañera, se la presentó el dramaturgo Lino Braxe, inseparable compañero de fatigas desde la juventud. De él tomó el nombre para su hijo. Durante dos años la familia tuvo un miembro más: Raquel, una niña que acogieron con 13 meses gracias a un programa de la Cruz Roja porque sus padres biológicos no podían hacerse cargo de ella. A Emma, malpicana y maestra, no dejaron de llegarle muestras de cariño desde el fatídico golpe.

Ella, en agradecimiento, escribió un pequeño texto: "Non teño palabras, levounas todas Paco. Para a inmensidade de persoas, todas e cada unha moi queridas por el, que viñestes, chamastes, mandastes mensaxes en calquera rede, a imaxe que expresa algo do que sinto hoxe". Y el mensaje lo acompañaba una viñeta de O Carrabouxo: "Mar terrible o noso, que o mesmo nos dá de comer que nos come". La vida y muerte de Paco Souto en una ilustración.

SALITRE. Quienes le conocieron no ocultan su dolor. Recordaban algunos cómo se criaron en su local, el Cornecho, o la vez que Souto hizo de rey Baltasar en la cabalgata. Todos coincidían en la enorme —y sobrevenida— pérdida. También el mar la lloraba, pues nadie le escribió como él. Para Souto, Galicia era "un país de marea baixa" y la luna, una dibujante "de cadaleitos nas furnas".

El percebeiro-poeta, que presidió la asociación de mariscadores de Malpica, no dejó de llenar sus versos de salitre. Hasta los últimos: "Acesos surtidores de baleas/ iniciaron nas ondas vixiantes/ aquela sorte de naufraxio voluntario/ como morremos entón Xonás/ na boca enorme do pecado".

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