Pablo Núñez arma una novela con robos de arte durante la Guerra Civil

Pablo Núñez robó una parte de la biografía del abuelo paterno para armar su nueva entrega literaria, 'Ladrones de historia' (Alrevés). El autor lucense lleva muchos años fascinado con las historias de los ladrones de arte que le contaba. El material le pareció con fuerza abundante para dar su salto literario al vacío: presentar una segunda novela tras los millares de ejemplares de 'Las hijas del César' vendidos en gallego y castellano.

'Ladrones de historia' está protagonizada por una banda de delincuentes que sustrae piezas artísticas y por una unidad militar que la persigue. El terreno en el que se mueven unos y otros jugando al despiste es la España de la Guerra Civil.

El novelista explica que el "arranque de la historia está en un chico de Santa María Alta, en Lugo, que se llama Manuel Núñez", es movilizado por el ejército franquista y destinado a la vigilancia de una cárcel en Valladolid "tras descubrirse su habilidad como tirador. En unos meses le dan a escoger: o se integra en una extraña unidad secreta que acaba de formarse para luchar contra la delicuencia patromonial o va al frente de batalla. Poca duda tiene Manuel Núñez".

El comando para el cual lo reclutan tiene el aura de las viejas películas de la II Guerra Mundial porque está compuesto por otro tirador, un inspector de policía, un experto en explosivos y otra ex ladrona. La misión no es menos propia de una pantalla del tamaño de dos sábanas. Núñez comenta que deben "detener la actividad de un coleccionista extranjero" que aprovecha el caos bélico para apropiarse de piezas del patrimonio español". El delincuente financia a personas del lumpen para que roben las piezas que él les indica.

El comando militar debe emprender una carrera vertiginosa "para impedir que la banda siga desvalijando piezas de arte, para lo cual recorre Valladolid, Zamora, Córdoba, Sevilla, Mérida y Madrid", señala el novelista.

El escritor comenta que, además de las confesiones que le hizo su abuelo, se documentó hablando con uno de los ladrones de la historia real de la que se valió para hacer un trasunto literario. "Él tenía muy claro que actuaban por dinero; no conocían las obras que robaban, pero suponían que, si les pagaban por hacerlo, era que tenían valor", apunta Pablo Núñez.

A medida que profundizaba en los hechos consultando libros y visitando centros de arte, el novelista fue descubriendo que los "ladrones actuaban con bastantes impunidad porque disponían de documentación y uniformes para pasar de un bando a otro sin problemas. Innegablemente, tenían cómplices en el Estado Mayor".

Ese respaldo hacía que actuaran "con alegría y exceso porque pensaban que estaban amparados por los dos bandos. Solamente muy al final supieron que existía la unidad que andaba detrás de ellos".

Pablo Núñez desvela que ya tiene terminadda "la segunda parte de 'Las hijas del César', donde se cuenta la vuelta a Lugo de las dos hermanas que quedaron vivas", pero quiso hacer un libro de temática distinta para poder cambiar de registro.

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