Óscar Pereiro: ''Ahora mismo, no dejaría que mi hijo fuese ciclista''

Óscar Pereiro ha vuelto a poner toda la carne en el asador. Acostumbrado a darlo todo, el deportista no se mordió la lengua al conocer el fallo del TAS (Tribunal Arbitral du Sport) en el caso de su amigo Alberto Contador. «Dos años de sanción a Alberto Contador y en la sentencia pone que el dopaje no está probado. Entonces?? Que hijos de la gran....», colgó en su cuenta de Twitter. Ahora, ya en frío, el ciclista de Mos mide más sus palabras, pero estas siguen siendo implacables.

A estas alturas, todos lo consideran el abanderado de la causa de Contador...
No es que sea el abanderado, simplemente que, al conocer la sentencia, colgué una frase en Twitter que era lo que yo sentía en ese momento. Acababan de sancionar a un amigo con el que, precisamente, momentos antes, había hablado, que estaba tranquilo porque no había hecho nada y que a mí me demostró muchas cosas cuando competimos juntos. La frustración que sentía por lo que había pasado con él y la experiencia que tengo de saber como funciona, a nivel administración, el ciclismo, fue lo que hizo que saltara todo esto.

¿Qué cree que es lo que ha pasado con este caso?
Es un caso muy parecido al de Ezequiel Mosquera, de corredores a los que, sin haber confirmado sus positivos, se los sanciona porque hay muchísimos intereses. La gente que está dirigiendo el ciclismo no sabe por dónde tirar y la sensación que da, visto desde fuera, es que no saben qué hacer para tener protagonismo. No encuentro otra explicación.

Antes de que todo esto pasase, ya se había quejado de que el ciclismo maltrata a sus deportistas...
Lo he dicho y lo seguiré diciendo hasta el momento en que vea que ya no pasa. Cualquier federación intenta estar al lado de sus deportistas y defenderlos, excepto que haya un positivo, alguien que hace trampas, que hay que sancionarlo e imponer la ley. Pero en el ciclismo es todo lo contrario: de salida, tú eres el delincuente y el que tiene que demostrar lo contrario. No hay otra persona que, a nivel social, tenga la sensación que tiene hoy un ciclista. Y cada vez vamos a peor.

Pero es que los grandes escándalos de dopaje siempre aparecen relacionados con este mundo...
En primer lugar, porque cuando se empezó a luchar contra esta lacra, el ciclismo fue el primero en hacerlo y eso supuso ponerse en el candelero. Otros tienen positivos y de alguna manera se tapan. Ese ha sido el gran ‘problema’ del ciclismo: no hacer lo mismo que hacen otros deportes, que es intentar hacer la vista gorda y los controles, en vez de realizarlos en laboratorios criminalistas, los hacen en laboratorios normales, así que en vez de costar cada analítica unos 20 euros, les cuesta 150. Así tampoco habría positivos en el ciclismo.

Volvamos al caso Contador. Al contrario que usted, otros compañeros han evitado pronunciarse, ¿qué le parece su postura?
Es normal, porque cuando estás en activo puede haber represalias, ¡ya ha pasado más de una vez! En mi caso, porque se da la circunstancia de ser, más o menos, una voz autorizada al haber ganado una gran carrera y porque al trabajar en medios de comunicación también lo tengo más fácil. Y porque, además, la gente no se quiere complicar la vida. Yo soy un apasionado del ciclismo, le debo todo lo que tengo y todo lo que hago, y me fastidia lo que están haciendo con él, así que como no tengo pelos en la lengua, puedo decir las cosas abiertamente.

Supongo que, tal y como están las cosas, los jóvenes que empiezan deberían pensárselo mucho. ¿Usted se ha arrepentido alguna vez de dedicarse al ciclismo?
Jamás, jamás... El ciclismo -su capacidad de sacrificio, de esfuerzo, el conocer mi cuerpo hasta límites inesperados, lo que he disfrutado, mis compañeros- me ha dejado una herencia para toda la vida. Lo que sí es verdad es que me siento avergonzado de ver cómo están las cosas. Ahora mismo, yo no dejaría que mi hijo fuera ciclista, y no porque este deporte esté ni la mitad de podrido de lo que la gente intenta vender, sino porque quienes lo dirigen no se merecen que continúe adelante. Ojalá entre todos hagamos algo para que se vayan a su casa y dejen paso a gente preparada, que busque la legalidad y proteja al deportista.


ENAMORADO DE LA BICICLETA
¿Qué fue lo que le atrajo de este deporte?

Yo me enamoré de este deporte con Perico e Induráin y, después, por su belleza, es precioso ir en bicicleta viendo paisajes increíbles y trabajar al aire libre. Además, resulta perfecto para mí, que soy muy competitivo y me gusta superarme día a día.

Desde que empezó como profesional hasta 2005, cuando su nombre sonó con fuerza tras lograr una victoria de etapa en el Tour, supongo que las cosas no habrán sido fáciles...
Lo más difícil fue en los años 1997, 1998... cuando aún no era profesional y tenía que vivir con 40.000 pesetas al mes. La gente de mi edad ya tenía un sueldo y yo me apretaba el cinturón, entrenaba por las mañanas y trabajaba como mensajero por la tarde.

Su gran momento de gloria, la victoria en el Tour del 2006, fue tras la descalificación de Landis por dopaje. ¿Resultó agridulce?
Esa fue mi gran victoria, pero de lo que más he disfrutado fue del Tour de 2005, una carrera donde prácticamente no tenía presión y era el protagonista, protagonizaba escapadas casi a diario... El 2006, con la presión de ganar, no lo disfruté tanto. ¿Agridulce? No, porque subí segundo al podio y lo celebré como si hubiese ganado, ¡para mí era la repera! Después llegó lo que llegó y resulta que yo había ganado Tour, pues eso es lo que hay, pero yo ese segundo puesto lo celebré como el mayor éxito de mi carrera.

Recordando como se produjo su victoria en el Tour, podría parecer paradójico que ahora defienda a Contador...
Son dos casos que no tienen nada que ver. El positivo de Landis -la analítica detectó una sustancia exógena once veces por encima de lo que produce el cuerpo humano- lo dan a conocer dos días después de acabar el Tour. Era algo muy evidente. Yo, si el resultado de la analítica de Alberto hubiera sido ese, me callaría, pero es que en su caso el resultado concluye que el dopaje no está probado y que la cantidad de sustancia hallada es tan ínfima que con eso no se podría sancionar a nadie. Además, se da la casualidad de que por esa misma sustancia dieron positivo otros deportistas ese mismo año y quedaron todos absueltos. Es muy diferente.

Ha sabido permanecer al margen de uno de los males del ciclismo, el dopaje, pero no ha podido evitar otro, las caídas. ¿Cómo recuerda la que sufrió en 2008 en el Tour?
Fue el momento más complicado de mi vida, porque vi que esta peligraba. Pasé muchísimo miedo, pero la suerte que muchas veces he tenido me acompañó una vez más. Cada vez que tengo un momento bajo, recuerdo todo aquello y salgo adelante. Además, ese día empezó la cuenta atrás de mi carrera deportiva, porque después ya no logré llegar al máximo nivel de sufrimiento, me planteaba si las cosas merecían la pena...

Tras dirigir el rumbo de su carrera con pulso firme, demostró tener la cabeza bien amueblada en otro momento muy complicado, el ‘después’. ¿Ha visto perder el norte a muchos compañeros a la hora de encarar una vida normal?
Sí, a alguno, y también muchos me hablaban del vacío que sentían. Mi contrato como profesional caducaba el 31 de diciembre de 2010 y, unos días antes, mi asesor se pone en contacto conmigo para explicarme lo que debía hacer para solicitar el paro y yo le digo que no. Empecé a buscar de qué podría vivir y la verdad es que he tenido mucha suerte. Mis actuales compañeros de la Cope me abrieron las puertas, después surgió la colaboración en Punto Pelota y parece que a la gente le gusta. No es tener la cabeza bien o mal amueblada, sino tener claro que cuando acabe la bicicleta hay que seguir haciendo cosas por mucho dinero que hayas ganado.

¿Cree que su futuro está ahí?
No lo sé, pero me siento muy cómodo. Y pronto me veréis en otro programa de televisión que no tiene nada que ver con el deporte... y del que no quiero avanzar más. Es un medio que me gusta, y ojalá que pueda seguir.

Otro proyecto de futuro es la Fundación Óscar Pereiro. ¿Qué buscaba cuando la creó?
Pensé que faltaba dedicación exclusiva para intentar captar niños para el ciclismo, que era el deporte que a mí me lo había dado todo. Nuestro mensaje era que no solo te diviertes con la Play o la DS, sino que también lo puedes hacer practicando deporte y conociendo nuevos amigos. Además, en el año 2006 no era difícil, con mi imagen, conseguir dinero para la fundación, pero ahora todo está en el aire. Yo ahora estoy retirado y ya no puedo sacar dinero de mi sueldo para la fundación y las administraciones, con la crisis, apenas pueden aportar nada. Ahora mismo estamos en una situación muy delicada y su continuidad es complicada.

      DE PERFIL

      Raíces
      Nació en Mos ( Pontevedra), el 3 de agosto de 1977.

      Ciclismo
      Ciclista profesional, su mayor logro fue la victoria en el Tour de Francia del año 2006, convirtiéndose en el quinto ganador español -el primer gallego- de su historia.

      Su éxito en la prueba gala se confirmó tras el positivo por testosterona del primer clasificado, el estadounidense Floyd Landis. A pesar de que el asunto salió a la luz a los pocos días de la finalización del Tour, Pereiro no fue declarado vencedor hasta septiembre de 2007.

      Retirada
      El 20 de julio de 2008 sufrió una impresionante caída en el Tour. Precipitaría su adiós a la bicicleta, que tuvo lugar en diciembre de 2010.

      Fútbol y coches
      En 2011 jugó en el Coruxo Fútbol Club, en Segunda División autonómica. También en 2011 debuta como copiloto, junto al gallego Luis Penido, en el Rallye San Froilán.

      La cita
      «La continuidad de mi fundación está en el aire»

 

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