''Ós 15 anos xa saía coser coa máquina na cabeza''

Pocas personas pueden decir que llevan más de cinco décadas practicando un oficio y estar todavía en activo. Uno de esos ejemplos es el de Evangelina Carral, modista de 69 años de la parroquia de Pino (Cospeito), que lleva desde los 13 cosiendo. Esta chairega recuerda que fue entonces cuando aprendió a coser en una casa cercana a la suya, junto a la capilla de San Roque de su parroquia, aunque la confección fue algo que le gustó desde siempre. «De pequena facía bonecas. Todas as que tiven fíxenas eu, con la, trapos e fíos de cores, e logo facíalles os vestidos», comenta.

Una vez aprendido lo básico, Evangelina Carral empezó muy pronto a ponerlo en marcha trabajando. «Ós 15 anos saía a coser polas casas cunha máquina na cabeza», afirma, a la vez que recuerda que, por aquel entonces, «non se andaba polos camiños» de lo mal que estaban y el miedo que tiene pasado algunas veces yendo de noche.

Evangelina llevó a cabo su oficio por varias parroquias de Cospeito -Pino, Seixas, Vilapene...- hasta que se casó y se trasladó a Vilalba, en 1972. «Alí non coñecía a ninguén, os clientes que tiña era os que levaba de Cospeito, pero despois afortunadamente sempre tiven traballo», comenta esta modista.

Muchas prendas tienen pasado por sus manos desde entonces, y de todo tipo. Pero recuerda de forma especial el encargo más difícil al que se enfrentó: un vestido de novia. «Xa fixera algún de Primeira Comunión, pero de noiva ningún e tíñalle moito medo. Recordo que o corpiño tiña moitos cortes e iso non me asustaba, senón, curiosamente, a falda coa cola», recuerda. Aun así, su trabajo y sus desvelos se vieron recompensados. «Era o primeiro que facía e o día da voda moitas felicitacións me deron. Todos os nervios que pasei compensáronse daquela», afirma Evangelina Carral, que explica que, tiempo después, la hermana de esa novia también le pidió que le hiciera su vestido.

Tras 56 años con la aguja siempre en la mano, esta modista chairega se toma ahora su oficio de una forma un poco más relajada. «Quedeime con algunhas clientas, das que eran xa de sempre, e sigo cosendo algunha encarga, pero pouca cousa», dice. Ella afirma: «Aínda que estou ben de saúde, para o mes xa fago 70 anos e hai que ir pensando en deixalo», aunque seguro que todavía dará unas cuantas puntadas más.

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