Orozco puso el broche a las fiestas de Monforte

El cantante lo dio todo en el concierto que, según el alcalde, fue seguido por unas 10.000 personas
El concierto de Antonio Orozco
photo_camera El concierto de Antonio Orozco

El Ayuntamiento de Monforte dejó para el último día de las patronales dos de los platos más fuertes de toda la programación: la sesión pirotécnica de río (que por tradición cierra los festejos) y el concierto de Antonio Orozco. La fórmula funcionó. A pesar de ser un martes laborable, las calles de Monforte se llenaron de gente desde media tarde y, a los más nostálgicos, el ambiente les recordó a aquellas fiestas de antaño, cuando la ciudad del Cabe firmaba unas celebraciones de referencia para las provincias de Lugo y Ourense.

La encargada de abrir boca fue la charanga Unión Monfortina pasadas las ocho de la tarde, que amenizó el tan emblemático terraceo monfortino. Después hizo el primer pase de la verbena la orquesta Gran Casino y, a media noche, la música se paró para dejar espacio a los fuegos de artificio.

Dicen los más optimistas que unas 5.000 personas siguieron la sesión desde los márgenes del río y los puentes que cruzan el Cabe. Los más críticos, sin entrar en números, dijeron que el show de luz y sonido estuvo bien, pero que se echó de menos que el espectáculo fuese un poquitín más acuático, con la presencia de aquellas botellas como las que hace años se tiraban al aguas y de las que casi mágicamente salían chispas de todos los colores ante el asombro del respetable.

José Tomé asegura que su gobierno le devolvió el orgullo a los monfortinos con unas celebraciones tan concurridas


Con el lucerío y el ruido de las tracas aún en la cabeza, esas miles de personas regresaron a la explanada de A Compañía para disfrutar del recital de Antonio Orozco. Cuando un artista con un pie escayolado tiene la valentía de resolver dos horas de concierto recorriendo el escenario con una pierna apoyada en una silla de oficina con ruedas y usando la otra para empujarse, no hay mucho más que decir.

Guste o no guste su música, sea o no sea de nuestra cuerda, la entrega de Antonio Orozco fue indiscutible y el público respondió tarareando, dando palmas y sacudiendo los brazos en cada una de las canciones en una explanada, la de A Compañía, que estaba a tope de gente. Echando cuentas, algunos hablan de unas diez mil personas, hasta el alcalde, el socialista José Tomé Roca, que estaba exultante con el resultado de las fiestas que ha organizado.

Su satisfacción era tal este miércoles, momento de hacer balance de los festejos, que no dudó en indicar que su grupo de gobierno ha devuelto el orgullo a los monfortinos de "ter as festas que nos merecíamos", que la ciudad volviese a tener "unhas verdadeiras festas patronais".

Solapadamente, o no tanto, Tomé vino a decir que su antecesor en el cargo se había cargado las celebraciones de la ciudad. Es una cuestión de pareceres, pero este año, por primera vez desde hace varios, las calles de la capital de la Ribeira Sacra estuvieron atestadas de gente.

Los hosteleros fueron los más beneficiados con la avalancha, tanto que hasta les resultó difícil atender en condiciones a todos, algo justificable atendiendo a la impresionante demanda, sobre todo de tapas, el estandarte de Monforte.

Visto lo visto, el regidor monfortino indicó que cree que están en el buen camino, que el programa festivo tuvo tirón , que acertaron con las actuaciones musicales y que lo que toca es seguir en esta línea para que el próximo año "as nosas festas aínda sexan moito más espectaculares cas deste ano". Esperemos que así sea y que Monforte se vuelva a llenarse.

Comentarios