Opulencia, dinero y droga

Despacho-recibidor de la casa de Dorribo, con una lujosa mesa neoclásica y colmillos de elefante. (Foto: EP)
photo_camera Despacho-recibidor de la casa de Dorribo, con una lujosa mesa neoclásica y colmillos de elefante. (Foto: EP)

Dorribo no se privaba de nada y así se refleja en el registro en su chalé de Santa Mariña (O Corgo), donde aparecieron obras de arte y patrimonio por valor de 500.000 euros y 20 pajitas de cocaína. Se acusa a un empleado de confianza de ser su camello.

La imagen recuerda a la operación Malaya, cuando Anticorrupción entró en el chalé de Juan Antonio Roca y se encontró un cuadro de Miró decorando el retrete. Una mesa neoclásica con tapa de mármol y dos parejas de sillones ‘imperio’ sobre una piel de cebra, junto con dos colmillos de elefante al fondo, eran el centro de atención del recibidor despacho de la mansión de Dorribo en Santa Mariña (O Corgo), un lugar donde la opulencia asomaba por todas las esquinas.

El juzgado encargó a un experto un informe patrimonial de las piezas de coleccionistas y los cuadros, el cual concluye que la familia Dorribo poseía más de medio millón de euros en piezas excepcionales. Un bargueño con incrustaciones de marfil, valorado en 30.000 euros, era una de las piezas más valiosas, pero llama la atención sobre todo que en la cocina hubiera casi 60.000 euros en reliquias, o que la casa de invitados, donde se alojaban los jeques de Dubái cuando venían a Lugo, acumulase piezas como cuadros de Laxeiro y Colmeiro, jarrones de porcelana o bastones de marfil hasta completar 100.000 euros.

Había armas de época, como 30 puñales o pistolas del siglo XIX, pero también una pistola en estado de uso, con el número de serie borrado, lo que también podría acarrearle un delito de tenencia ilícita de armas.

No se le acusará en un principio de tráfico de drogas, a pesar de guardar en la casa veinte pajitas de cocaína, una de ellas abierta y consumida. Tomar estupefacientes no es un delito, pero sí venderlos, y este podría ser el caso de su empleado de confianza, Amador Fernández. Un informe de Vigilancia Aduanera revela que era el encargado de aprovisionar al empresario y de ello dan fe una veintena de conversaciones telefónicas interceptadas por los investigadores, donde ambos se refieren a la droga como «catálogos, cajas, jarabes, blocs o colonias», para no usar la palabra cocaína. En estas conversaciones ambos imputados hablan de la calidad del estupefaciente y de las necesidades, tanto suyas como de algún amigo del empresario.

En Vilagarcía. La operación Campeón comenzó a raíz de unas escuchas en una investigación por narcotráfico del juzgado número 3 de Vilagarcía. En las pesquisas por presunto blanqueo de capitales aparecía Jorge Dorribo, por lo que se le intervino el teléfono, y se descubrió que el empresario farmacéutico tenía relaciones con individuos con antecedentes policiales por tráfico de estupefacientes, entre ellos Juan Manuel Vidal Padín, gerente de una empresa náutica de Vilagarcía donde Dorribo tenía depositadas varias embarcaciones a nombre de su esposa o de sociedades vinculadas, y Manuel Osorio, presunto testaferro del empresario en las Rías Baixas, a través de las sociedades Bussines Dubai SL y Tresnaves Arousana SL. Ambos están imputados en la operación Campeón. Osorio llegó a pujar por una conservera de los Charlines.

Esta investigación se remitió a los juzgados de Lugo, al considerarse que Dorribo podría estar implicado en casos de tráfico de influencias por su relación con algunos políticos, o por lo menos así lo decía en las conversaciones telefónicas. Entonces, el caso fue a reparto en los juzgados lucenses y le correspondió a la jueza Estela San José.

La jueza San José -en la justificación de la comisión rogatoria internacional que investigó el caso en Andorra- señala que Dorribo trasladó a ese país los mejores coches de Lugo que tenía para eludir una posible acción de la Justicia. Un Ferrari, un Bentley, el aparatoso Hummer o los Porsche, hasta un total de veinte lujosos vehículos, ya estaban a nombre de otras personas en el Principado, donde el cerebro del caso Campeón iba a trasladar su empresa.

Vigilancia Aduanera decide actuar porque había «grave riesgo» de huida al constatarse que Dorribo estaba descapitalizando Laboratorios Nupel. En una conversación posterior con su socio, el empresario le dice que no le importa que «le ejecuten las deudas» y le quiten las naves de Nupel, porque él puede montar el negocio donde quiera porque tiene las «escrituras de los registros» de los medicamentos. Después le pide que vaya a la sede de la empresa, recoja esa documentación y la guarde en una caja fuerte en A Coruña.

La detención de Jorge Dorribo, sobre la cual se especuló mucho, se produjo en Vilagarcía pasadas las dos de la madrugada del 24 de mayo de 2011, unas pocas horas antes de que la jueza registrase su vivienda de Santa Mariña y las instalaciones de la nave de O Ceao. Tras el arresto, que se produjo cuando iba con otras dos personas -una de ellas su empleado Amador Fernández- en un Audi matriculado en Andorra, el empresario pidió atención médica e incluso se le realizó un electrocardiograma para descartar un agravamiento de sus problemas cardiacos a causa de la intervención de Aduanas.

Ahorros, fondos y contabilidad manual

Las cuentas de Jorge Dorribo no son fáciles de desenredar. Varios de los 57 tomos de los que está compuesto el expediente se dedican únicamente a recoger facturas, inversiones, créditos y diversa ingeniería financiera de la trama. Llama la atención incluso algunos manuscritos.

No todo abierto

Las diligencias no son totalmente públicas. La jueza ordenó poner en negro varios cientos de folios que habrían derivado en otras investigaciones.

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