El fuerte temporal que azota la costa de la comarca desde el martes por la noche obligó durante la jornada de ayer al amarre de la totalidad de la flota pesquera que opera desde los puertos mariñanos. El mal estado de la barra de la ría aconsejó, además, el cierre del puerto de Ribadeo.
La mar de fondo del nor-noroeste, que en la costa levantó olas de unos cinco metros, vinieron acompañadas de vientos fuertes de dirección noroeste que provocaron mar gruesa con áreas de muy gruesa, lo que impidió también a barcos del arrastre de litoral faenar. Incluso en los lugares de más abrigo como en la ría de O Vicedo, las lanchas decidieron permanecer en el muelle tal y como confirmaba el patrón mayor de San Cibrao, Javier Sánchez, «hai moito mar e vento, a situación está moi complicada e a xente decidiu amarrar», apuntó.
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