El Día de Galicia estuvo marcado, al margen de los contenidos políticos de las formaciones nacionalistas en sus actos por separado, por la presencia de los Reyes en Santiago. Se trata de la primera visita de los nuevos monarcas a Galicia. Felipe VI presentó su primera ofrenda al Apóstol como jefe del Estado. Hay más aspectos que el hecho de un dato para las efemérides históricas. En la intervención, que incluyó una breve utilización de la lengua gallega que supone siempre un significativo reconocimiento de una realidad diferencial, aparece la visión de una España plural, en la línea que marcó su discurso ante las Cortes. El comportamiento de los vecinos de Angrois y la actuación de profesionales, instituciones y ciudadanía de Galicia ante la tragedia ferroviaria de hace un año en Santiago recibió un nuevo reconocimiento en estos días de recuerdo. Fueron las gracias «de corazón» de un Rey al pueblo de Galicia.
Error de Pujol
Jordi Pujol reconoce en un comunicado que su familia mantenía en el extranjero una cantidad de dinero no concretada que es fruto de una herencia de su padre. Las noticias sobre el tema eran insistentes últimamente. No es, sin embargo, la primera vez que en términos similares, de herencia, aparecen las referencias a dinero en el exterior. Artur Mas lo despacha como un asunto privado. Es una forma de salir del problema. Pero sucede que Jordi Pujol ha sido una figura pública de primer orden en la política y en las instituciones catalanas. El comunicado, la declaración de error y la petición de perdón es un paso. Pero va a resultar difícil desligar un comportamiento así de la credibilidad que como hombre público merezca. La figura de Jordi Pujol, importante en muchos momentos de la política española, y con grandes servicios, como con frecuencia se dice, queda seriamente dañada.
