Obedecer o irse

EL ALCALDE DE OURENSE, el socialista Agustín Fernández, le recuerda a los concejales díscolos de su grupo que hay que obedecer o irse. La nueva diputada por Ourense en el Parlamento gallego Carmen Iglesias, que fue elegida en las listas de Age y no obedece el mandato de renunciar, acusa a sus compañeros de mobbing, acoso o intimidación en el trabajo. Ya le habían enviado el aviso desde el mando de su partido: su presencia en el Parlamento no sería precisamente agradable. Las dos referencias de una misma jornada no son iguales en el origen del problema, pero sí en el reflejo de que en el ejercicio de la política se impone la disciplina de grupo, la obediencia al mando en la estructura partidaria. Puede admitirse que no son los dos mejores ejemplos de que quien manda es el aparato, como sucede con las unanimidades de grupo a la hora de emitir votos sobre lo que sea. Una expresión de que el mandato de los electores no es la responsabilidad que se plantea un concejal, un diputado o un senador. El compromiso, lo dijo con toda franqueza un diputado en el Congreso por Lugo, es con la fuerza política a la que pertenece y no con los ciudadanos que le dieron el voto. No sería imaginable en EE.UU. Llegar a que se tenga presente el compromiso con la circunscripción por la que se resulta elegido suena a doctrina herética. Puestos en la realidad en la que nos movemos, de que las decisiones y las posiciones son del mando superior, no se acaba de entender cuál es el problema para reducir el número de diputados. El pluralismo va a ser el mismo: el que marcan los mandos de los partidos presentes. No hay más enriquecimiento en el debate que el partidario. Da igual que se trate de cuotas en la pesca de la merluza, de la política agraria común o de la reforma de la ley del aborto. Se vota con disciplina de partido, aunque entre Cuenca y Burela no se jueguen lo mismo con la pesca de la merluza o aunque los intereses de política agraria no sean los mismos para las explotaciones lácteas de Lugo que para las ganaderías andaluzas.

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