''O susto foi grande e meus pais teñen un impacto emocional fortísimo''

Puerta cerrada de la joyería, que está comunicada por el interior con la vivienda (Foto: Héctor Manasé)
photo_camera Puerta cerrada de la joyería, que está comunicada por el interior con la vivienda (Foto: Héctor Manasé)

El matrimonio al que unos encapuchados robaron y maniataron en su casa de Pé da Ruba, en la parroquia vivariense de Galdo, en la noche del viernes, se recupera del «enorme susto» vivido aunque su estado anímico no es positivo. El hombre, de 78 años, está ingresado en el Hospital da Costa de Burela con cuatro costillas rotas y presenta «un impacto emocional fortísimo» derivado de la experiencia, dice su hijo, del mismo nombre, Francisco Méndez. La mujer, de 73 años, también está «anímicamente tocada, pero un pouco mellor» que el marido.

A Francisco ‘Pancho’ Méndez, el padre, tendrá que estar todavía «entre cinco e sete días» en el hospital, donde se recupera de las múltiples fracturas en el costado derecho, causadas al golpearle los cacos con una herramienta. Presenta también un pequeño hematoma en la oreja y otro en una mano. La mujer sufrió menos daño físico aunque tiene varios moratones.

La Policía Nacional de Viveiro continúa la investigación para dar con el grupo de atracadores, de al menos cinco personas. El segundo jefe de la comisaría de la ciudad del Landro, Manuel Borrajo, informó de que no se conocen muchos más detalles de lo sucedido puesto que no pudieron volver a hablar con el hombre por su delicado estado emocional. Sin embargo, el responsable policial considera que los vándalos constituyen «un grupo común, cercano» y descarta que formen parte de una organización «a gran escala».

El suceso se produjo hacia las nueve y media del viernes, «no descanso do partido do Barça», apunta el hijo, que es el que regenta en la actualidad la joyería que tienen en el domicilio paterno -son dos casas adosadas y comunicadas por el interior- y que sorprendentemente no fue el objeto del robo. Esto lleva a los investigadores a pensar que los cacos desconocían la existencia del negocio -que no tiene cartel pero que cuenta con clientes incluso de fuera de la comarca y de Asturias-, o bien que su único fin era conseguir dinero. En todo caso, al menos dos de los asaltantes hablaban gallego, lo que apoya la teoría de la proximidad.

Hechos

Francisco Méndez hijo relata que su madre estaba hablando por teléfono con una conocida y su padre viendo el partido cuando sonó el timbre y la mujer le dijo al marido que fuera a mirar. Era una chica con la cara descubierta, lo que no le hizo sospechar, y por eso abrió. De inmediato entraron en el domicilio cinco personas -en base a los testimonios de las víctimas creen que pueden ser cuatro hombres y una mujer- vestidas con ropas oscuras, pasamontañas y guantes. Usando la fuerza tumbaron en el suelo al matrimonio y golpearon por la espalda al hombre con una palanqueta semejante a una pata de cabra -que abandonaron en el lugar, según informó el responsable policial- para a continuación maniatarlos con cinta negra en unas sillas del salón.

La Policía no puede concretar si entre las cinco personas que entraron estaba la chica que tocó al timbre o si ésta se quedó esperando afuera. «Falta falar co señor para concretar máis datos», reitera Borrajo, y añade que según los primeros testimonios, las víctimas no oyeron el sonido de ningún coche. Además de la citada herramienta, uno de los asaltantes llevaba una pistola, aseguró la mujer.

Rapidez

Los vándalos estuvieron muy poco tiempo en el interior de la vivienda, «arredor de cinco minutos», según dicen Borrajo y Méndez. «A persoa ca que estaba falando miña nai polo teléfono oíu o berro dela cando entraron os ladróns e chamou a un veciño que vive cerca da casa, e cando o veciño chegou alí xa marcharan, así que pouco tempo pasou, e xa estaba tamén a Policía», que acudió después de que la víctima accionara un mando del sistema de seguridad de la joyería.

«Só lles levaron uns 200 euros que tiñan na cociña de habitual», dice Borrajo. El hijo cree que su único fin fue buscar dinero, pues «non houbo ningún intento de roubar xoias nin falaron deso, só lles preguntaron polos cartos», a lo que añade que «revolveron algo pero moi pouquiño e miraron en caixóns, pero non levaron nada máis», ni siquiera las joyas que la señora llevaba puestas.

PRECAUCIÓN
«Esperemos que isto non volva pasar»

Este caso de robo con violencia, uno de los más graves acontecidos en Viveiro, refuerza la hipótesis de que las personas mayores son las más vulnerables a la hora de sufrir atracos o episodios similares. En ocasiones como esta la confianza juega en su contra. ‘Pancho’ Méndez abrió la puerta a una chica que se presentó a cara descubierta cuando todavía no había acabado de caer la noche. Su hijo cree que tras esta experiencia ninguno de sus progenitores volverá nunca a abrir su casa a desconocidos y espera que este incidente «sirva para que non pase nada máis, aínda que vai ser difícil». Esta joyería está abierta desde hace muchos años y sus propietarios nunca habían sufrido ningún atraco ni episodio violento. Tienen una alarma como medida de seguridad.

Temor

Los vecinos de Galdo creen que poca precaución es poca y se muestran «alarmados» por lo sucedido, al tiempo que temen que pueda ocurrir un episodio similar en cualquier vivienda; «hai que andar con coidado», dicen.

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