O Celeiriño, a la espera soluciones

El nuevo edificio, de color amarillo, se alza imponente entre las casas, izquierda, y a la derecha grietas, viviendas demolidas y un momento del desalojo de octubre de 2008.
photo_camera El nuevo edificio, de color amarillo, se alza imponente entre las casas, izquierda, y a la derecha grietas, viviendas demolidas y un momento del desalojo de octubre de 2008.

el barrio marinero de O Celeiriño está lejos de recobrar la normalidad, aunque su situación varió mucho desde que el 2 de octubre de 2008 cediese una de las vigas que soportaba el muro pantalla perimetral realizado para sostener la calle Atalaya y las casas colindantes con esta hacia el interior del barrio. La caída de la viga provocó nuevas grietas y agrandó las ya existentes. El temor por la seguridad de los residentes motivó que el regidor vivariense, Melchor Roel, ordenase el desalojo de unos 25 vecinos, que se sumaban a las siete familias desahuciadas hasta entonces.

Los daños provocados supuestamente por los sucesivos fallos en la ejecución de la obra de construcción de un edificio en las inmediaciones de las viviendas abocaron al juzgado la solución del conflicto, en el que se vio envuelto el Concello por tratar de buscar una vía de salida a los afectados.

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