Nuevas formas para respirar bajo el agua

Un buzo en las profundidades de la ría de Ribadeo (Foto: AMA).
photo_camera Un buzo en las profundidades de la ría de Ribadeo (Foto: AMA).

Las instalaciones del Real Club Náutico acogen un seminario sobre un sistema de buceo usado por la Nasa, cuya principal ventaja es que recicla el oxígeno expulsado por la boca. A lo largo de todo el fin de semana se harán bautismos de mar con este modelo.

La observación del fondo marino es uno de los placeres más intensos que hay para los amantes de la naturaleza, pero sobre todo del mar. Para disponer del mejor asiento en este espectáculo es imprescindible enfundarse el traje de buzo, pero con el molesto incoveniente del tiempo que marca la duración de la bombona de oxígeno. Una vez más la ciencia se pone al servicio del hombre a través de un nuevo sistema suministrador de aire, el rebreather, un método que los buzos del Real Club Náutico de Ribadeo enseñarán a lo largo de este fin de semana.

«A diferencia del buceo con botellas convencionales donde la mayor parte del gas que inspiramos es expulsado por nuestra segunda etapa al expirar, el rebreather regresa los gases expirados al sistema donde son aprovechados de nuevo», señala el instructor Julio Vázquez Pérez. Las diferencias con las bombonas convencionales son enormes debido a que «en el buceo convencional nuestro cuerpo aprovecha una pequeña parte del oxígeno que inspiramos y expulsa al exterior una gran parte de él».

El próximo día 9 se llevará a cabo en las instalaciones del Real Club Náutico de Ribadeo un seminario sobre estos aparatos, para a continuación iniciar los bautismos de mar con esta técnica, que se prolongarán durante todo el sábado y el domingo.

HISTORIA
Un invento del pasado con un gran futuro

El primer aparato autónomo fue realizado en el 1876 por Henrio Fleuss. Este fue compuesto por una máscara de goma unida a un costal, que fue alimentado con el oxígeno procedente por una bombona de cobre y el anhídrido carbónico fue absorbido por un filtro hecho con fibras de cordería mojadas en potasa cáustica. Posteriormente sus aplicaciones se ciñeron a operaciones militares y apenas había tenido eco este sistema hasta la actualidad. 

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