No hay muchas parejas que trabajen juntas, además de la convivencia diaria, y que se muestren tan satisfechas como Fernando Nogueira Pereira, de 55 años, y su esposa, María Fuertes Soto, de 49 años. Estos expertos en terapias alternativas viven y trabajan en la Casa del Alba, ubicada en el municipio de Antas de Ulla, desde hace diez años. «Estamos juntos siempre, porque nuestro trabajo es, al mismo tiempo, una filosofía de vida», mantienen.
María nació en Madrid, pero pasó su infancia con su abuela en Mondariz, y Fernando es vigués. Se conocieron en la villa balneario pontevedresa y fue, precisamente, a través de las terapias alternativas que él ofrecía en esta localidad y a cuya consulta acudía la abuela de María. De aquello hace ya 20 años y de su unión nacieron cinco hijos.
María y Fernando tienen su propia filosofía de vida y querían poder desarrollarla en un lugar adecuado, «con arboleda, un riachuelo y un espacio tranquilo para vivir y, claro está, para trabajar», aseguran. Ese lugar tan evocador lo encontraron tras mucho buscar en Antas de Ulla. En este municipio de A Ulloa adquirieron cinco hectáreas de terreno y construyeron dos casas de madera.
El hogar es al mismo tiempo un negocio, porque en una de las casas acogen a huéspedes que vienen a disfrutar de unos días de tranquilidad y a beneficiarse de las terapias de la pareja. La mayoría son de fuera de Galicia y, muchos de ellos, extranjeros.
Para estos especialistas en terapias alternativas, la enfermedad no es solo una cuestión física, sino mental y emocional y es, precisamente, en este aspecto de las dolencias en el que ellos entran en juego.
Recomiendan a sus clientes pautas de comportamiento que permitan influir o cambiar la personalidad y que faciliten la interpretación del cada vez más complejo mundo que rodea al ser humano.
Por supuesto, en Casa del Alba se ofrece comida vegetariana, rutas por el campo, tertulias y las denominadas ‘depuraciones’, para dejar de fumar. Acaban de editar un CD, ‘Sonidos bioarmónicas’, que tiene fines terapéuticos.
