Nuestro papel en Fitur

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TAL VEZ algún lector se haya atrevido a pasarse alguna vez por Fitur. No se lo recomiendo. Es como visitar un museo de cosas que no acaban de gustarte ni disgustarte del todo: acabas fundido. Entre pasear por la T-4 y pasear por Fitur solo hay una diferencia, en una de las dos es posible que te den pinchos, pero acabas igual de derrengado.

Decir algo no positivo de Fitur hoy en día es casi un anatema, pero conviene hacer historia para recordar que no siempre fue así. Hubo una época en la que era alcalde de Ribadeo Eduardo Gutiérrez en la que lo de ir a la feria madrileña estaba claro que había que ir, pero lo de que todos los municipios de A Mariña fuesen en bloque, eso era harina de otro costal.

Luego eso fue objeto de miles de horas de debates, orales y escritos, que resumiremos aquí en unas pocas líneas. Decía Eduardo Gutiérrez que un municipio de clara vocación turística como Ribadeo no podía bajo ningún concepto confundirse con otros como A Pontenova o Alfoz, con los que nada tenía que ver, y mucho menos hacerse la competencia con Foz o Viveiro, con los que sí compartía ciertas señas de identidad. Él apostaba por que Ribadeo tenía entidad más que suficiente para diferenciarse de cualquier otro lugar de la comarca y apostar por sí mismo en solitario.

Él procedía en consecuencia y aquel argumento de finales de los 80 y principios de los 90 era un masaje en la próstata del ribadensismo más chovinista: éramos diferentes, mejores y no teníamos nada que envidiar a nadie del mundo entero. Y eso que para entonces As Catedrais todavía no era un fenómeno de masas. Tan solo había un inconveniente: ir solo significaba pagar en solitario, y eso ya no molaba tanto.

En cuanto Eduardo Gutiérrez fue desalojado del palacio de Ibáñez por José Carlos Rodríguez Andina, éste se sumó a la tesis imperante en el PP: A Mariña es un todo y como tal debe promocionarse. Inmediatamente comenzó a impulsarse la comarca ya como una unidad de medida y como tal fue implantándose en el inconsciente colectivo hasta el día de hoy, en que ya resulta impensable emprender aventuras en solitario. Eso sí, sospecho que la verdadera razón es porque no hay dinero, si no veríamos.

En los últimos años fue Viveiro el que dio un paso a la izquierda y decidió que le salía más a cuenta desmarcarse de A Mariña y entrar en una entidad llamada Villas Marineras, mucho más reducida y donde, entienden ellos, tienen más oportunidades para lucirse.

Con el paso de los años y visto el incremento de visitantes que la mayoría de municipios mariñanos, en especial los de costa, fueron viviendo, decir que esa estrategia de promoción conjunta podría estar errada parece una insensatez.

Pero, y enlazando ya con el arranque de todo esto, tal vez alguno de ustedes se haya paseado alguna vez por Fitur. Si lo hicieron, creo que es imposible que no les hayan entrado dudas. Yo desde luego las tengo.

Y es que paseas por allí y tahitianas de 1,80 vestidas (es un decir) con tiras de alguna planta exótica te colocan collares de flores mientras te dicen «Aloha»; a nada que te esfuerces puedes probar la colección de quesos franceses más impresionante que vas a ver en tu vida; de vez en cuando pasa por tu lado una representación del carnaval brasileño con todo lo que eso lleva consigo; Australia te enseña que en realidad eso es un continente, y lo peor es que tienen razón; hay quien te promete que puedes cazar elefantes en África, por si hay por allí algún rey despistado dispuesto a ello; qué decir del azúcar y las gafas de sol que emanan de la delegación italiana, tanto masculina como femenina; te enseñan el Machu Pichu o el Gran Cañón del Colorado con unas fotos tan grandes que cuesta creer que no estén tomadas en escala 1:1.

Cuando acabas de recoger las bolsas de regalos, folletos promocionales, las frutas tropicales y borras de tu mente las gogós como las que asaltaron al presidente valenciano, vas a ver finalmente lo que llevamos los de aquí. Y hay que decir que está bien. Se atiende a las personas con amabilidad y se da información puntual a la gente que la pide, que es mucha. Pero incluso así, estamos en un expositor mucho mayor, de Turgalicia, y cuando fui no pude evitar preguntarme si la gente no se confundirá las Rías Baixas con las Altas y estas a su vez con la Costa da Morte, y si sabrán que As Catedrais no está en Barreiros o algo sobre la trascendencia histórica de Mondoñedo o la catedral de San Martiño, o incluso que estamos, o eso dicen, en un lugar privilegiado para el surf, y solo se me ocurren dos respuestas: no o, como soy gallego, depende.

EL GUSTO ♦ Una ocasión para ir creando a los futuros empresarios

EL MÁXIMO responsable de Alcoa en España, Rubén Bartolomé, presentó en el IES de Foz el proyecto A Mariña Emprende, acto en el que estuvo presente el director de este diario, Lois Caeiro. Está promovido por la Fundación Alcoa y participan ocho centros de enseñanza secundaria y FP de toda la comarca. La idea básica es implantar en los jóvenes la idea de que pueden convertirse en empresarios como una salida profesional perfectamente viable. Bartolomé ya explicó que es algo en lo que otros países, sobre todo Estados Unidos, nos llevan mucha ventaja, y hay que darle la razón.

EL DISGUSTO ♦ El baile político a propósito del arreglo de la LU-124

HAY TEMAS sobre los que se debería discutir algo menos. El arreglo de la carretera denominada LU-124 en Mondoñedo es uno de ellos. Esta semana hubo un buen zarandeo político entre José Manuel Balseiro por el PP y una batería de representantes del PSOE y del BNG reclamándose unos a otros que se repare la dichosa carretera, que por otra parte buena falta le hace. Hay veces en las que cuando se ve a tanta gente tirándose los trastos uno se pregunta qué más dará si la culpa fue de Fraga, del bipartito, de Feijóo o de Besteiro, que por qué no se arregla y punto, pero no suele haber respuesta.

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