Nota, pallozas y avances

El convenio entre la Xunta y la Diputación para «a rehabilitación e posta en valor das pallozas do Piornedo» era para que las techumbres estuviesen renovadas para este invierno. Ayer, en lo que parece un particular capítulo de ‘El castillo’ de Kafka, se reunieron representantes de las dos instituciones -Diputación y Xunta- y «avaliaron os avanaces no desenvolvemento do convenio». No se concretan avances, salvo que «a Deputación de Lugo presentou os dous proxectos de obras que se encargou de redactar». Se entiende que los presentó en la reunión, ya que los «enviará mañá mesmo» al Concello de Cervantes. Obras, mejoras, que sería lo que a estas alturas del calendario habría que examinar, no se han iniciado. La reunión sirve para transmitir de nuevo los contenidos del convenio de meses atrás. Pero a ese caldo le falta la sustancia: estamos a mediados de noviembre, con el invierno encima y las pallozas en la misma precaria situación que tras denuncias y rifirrafes partidistas que llevaron al convenio. Esta particular versión kafkiana de burocracia política, si situamos a K., el protagonista, en un intento ante las administraciones públicas por ver la paja sobre los tejados, el alumbrado y el final del saneamiento, la respuesta que encuentra es una reunión de «avaliación». Y, eso sí, una nota de prensa conjunta como en las grandes cumbres.

No sumen a los militares

«Nosotros no somos garantes de nada. Somos una herramienta del Gobierno y el Parlamento para hacer cumplir la ley y la Constitución». Nada hay que objetarle a estas palabras del jefe del Ejército, Jaime Domínguez Buj. Es una posición de manual democrático. Otras, sobre la debilidad de la metrópoli o las referencias al 98 y al dolor de España, son discutibles y opinables. Incorporados ya los fiscales en la polémica política, no sumen también a los militares.

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