Mucho político desnortado

LA SEMANA pasada escribía aquí sobre las declaraciones de Beatriz Mato en defensa de la subida de las pensiones en dos euros. La conselleira de Traballo cumplía con su deber: respaldar la gestión de sus compañeros de partido. Lo flipante era la forma en que lo hacía, el argumento: para justificar esa limosna, la conselleira recordaba que Rodríguez Zapatero las había subido menos. Creo que Mato estaba dormida el día en que sus mayores le contaron el refrán del agua y el molino.

Pero la conselleira vizcaíno-coruñesa no es el único caso de político que parece no pensar lo que dice ni cómo. Esta semana hemos tenido algún caso más cercano, nada menos que el del alcalde de Lugo. Y es que José López Orozco se arrancó por peteneras cuando se le echó en cara (desde el comercio al PP, pasando por Miguel Olarte) su inacción ante el aluvión de manteros. Al alcalde no se le ocurrió nada mejor que salirse por los cerros de Lampedusa o Schengen. Se le reprochaba la falta de actuación de la Policía Local, por la invasión de un espacio público, y él respondía hablando de los bolsos falsificados, que son asunto de la Policía Nacional. Menos mal que al final se pusieron de acuerdo, se actuó y aquello acabó... como el rosario de la aurora.

Siguiendo con políticos desnortados o despistados de la semana, ha sido curioso ver a la OPP (Organización de Productores Pesqueros) de Lugo aplaudiendo el acuerdo pesquero con Mauritania, mientras que un diputado del PP por Lugo, Joaquín García Díaz, lo censuraba. Escrito así, suena tremendo, así que hay que matizarlo: la OPP aplaude porque solo hay un barco afectado en toda la provincia, y no le viene mal el acuerdo, y García Díez criticaba la decisión del Europarlamento porque, realmente, perjudica a gran parte de la flota gallega.

En cambio, los alcaldes del Bloque no parecen desnortados... o sí. Abrió la veda el de Riotorto, anunciando que el Ayuntamiento va a pagar las medicinas que el Gobierno obliga a abonar a los enfermos crónicos y graves (el copago). Y poco a poco al carro se fueron sumando sus homólogos de Monforte y Ribadeo y hasta de algún municipio socialista, como Lugo, Pol o A Fonsagrada. El PP de Riotorto, que fue el primero que tuvo que enfrentarse al tema en un pleno, ya marcó la vía por la que irá la oposición popular: se trata de una medida «populista», alega el partido que gobierna en Santiago y Madrid. Y sí, algo de ello tiene. Pero también es una forma de que los alcaldes muestren que están atentos a las preocupaciones de sus gobernados.

Queda por ver si no es más que una decisión de cara a la galería (¿a cuántos afecta en cada municipio?), si tiene encaje legal (¿usar fondos públicos para pagar gastos privados?) y cabe preguntarse si hubiera sido la misma si no estuvieran previstas las elecciones locales para dentro de nada (19 meses). Y es que las elecciones o su cercanía sirven para muchas cosas, entre ellas, para que los políticos se acuerden de todo aquello que han olvidado (eso tan español de dejarlo todo para última hora) y, a veces, con los nervios, para perder la perspectiva. Y con la que está cayendo (aunque los ‘sorayos’ digan lo contrario), nos vendría bien que nuestros timoneles no perdieran esa brújula que marca el norte.

POSDATA. Que una marca como García Baquero se haya fijado en Lugo (concretamente, en Antas de Ulla) es un puntazo para la provincia. Y no es rara, a la vista de que el sector lácteo de la comunidad es de todo menos gallego.

La transición de los circuitos biosalusables a las pistas de pádel

DE UNOS años a esta parte, se vive una eclosión del pádel, a cuya popularización contribuyó mucho el expresidente Aznar. Ahora, pasada la plaga de los circuitos biosaludables, que ya casi no queda municipio que no tenga al menos uno, ha llegado la de las pistas de pádel. Florecen como hongos en los lugares más inesperados: A Pobra de San Xiao, Monterroso... Parece como si se hubiera convertido en el deporte de moda, igual que en tiempos se hacían canchas de baloncesto en cualquier trozo de suelo libre.

Habrá que seguir con atención esta moda, tanto por una curiosidad friki (¿qué pensarán los lugareños?) como por otra deportiva: a ver si estamos creando un vivero de campeones de pádel.

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