La Escola de Movemento de Vilalba, que creía partir con pocas opciones de copar alguno de los primeros puestos en el clasificatorio para el Mundial de Danza, que citó este fin de semana a cientos de bailarines de toda España en la ciudad de Burgos, logró un hito histórico al traerse para tierras chairegas un oro en Acro Dance, una modalidad en la que se estrenaban por primera vez, y que llevan practicando tan solo un par de cursos.
Las encargadas de conquistar esta presea en la categoría mini fueron las alumnas Catuxa Lamela, Andrea Naseiro, María Orosa, Paula Paz, Carla Pena, Cris Pena e Irene Sande, con su coreografía Moana, que sorprendió gratamente al jurado, que decidió otorgarles la mejor puntuación.
«Foi totalmente inesperado, aínda non o cremos», asegura la directora de la Escola de Movemento, Noelia Blanco, muy satisfecha con la experiencia. «Tivemos moi boas puntuacións, foi todo moito mellor do esperado», recalca, tras haber confirmado antes de su participación que el nivel sería «altísimo» y que para los alumnos vilalbeses «poder estar alí xa era un premio».
De hecho, aunque la organización no ha confirmado qué grupos acudirán a la cita mundialista de Alemania, en caso de que Moana sea seleccionada, no podrán asistir. «Levan poucas coreografías, pero nós non iriamos de todos os xeitos por motivos económicos», explica Noelia.
Esa circunstancia no resta méritos a lo conseguido por la Escola de Movemento en Burgos, ya que además de la inesperada medalla de oro, la coreografía Espantallo, que presentaba por primera vez ritmos tradicionales gallegos, con una mezcla entre polca y muiñeira, se quedó a escasos puntos de la tercera plaza.
«O xurado concedeunos unha mención e iso para nós é incrible», destacó la profesora, centrada ya en preparar a sus alumnos para el Nacional, al que llevarán cuatro coreografías que seguro que traerán premio.
