Montoro: ''Igual que el creyente teme a Dios, el ministro de Hacienda tiene santo temor al déficit''

El titular de Hacienda, Cristóbal Montoro, ha asegurado hoy que al igual que el creyente teme a Dios, "el ministro de Hacienda tiene santo temor al déficit", y ha afirmado que no gastar ni un euro más de lo presupuestado es el único camino para volver a ser "un país respetado y fiable".

Ha evocado así unas palabras del que fuera ministro de Hacienda cuando se creó hace 140 años la Intervención General de la Administración del Estado (IGAE), José Echegaray, el único de sus antecesores que ganó el Nobel de Literatura. "Se puede definir como santo o no santo, pero el temor al déficit público está absolutamente de moda", según ha asegurado Montoro al inaugurar las XVIII Jornadas de Presupuestación, Contabilidad y Gasto Público, que se desarrollan durante dos días en la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre en coincidencia con el aniversario de la IGAE.

A su juicio, si su homólogo levantara la cabeza y viera los déficit actuales "entendería que las crisis fiscales del Estado moderno siguen siendo un elemento preocupante e inquietante". Por eso, y en presencia del comisario europeo de Presupuestos, el polaco Janusz Lewandowski, ha defendido que en España es "cada vez más imposible" que el gasto público supere los niveles marcados "legítimamente" por los presupuestos del Estado y de los entes regionales y locales. Además, este país es "el único capaz de presentar sus cuentas mes a mes consolidadas", un "exceso de información" -ha comentado con ironía- que entre otras cosas ayuda a que los acreedores "conozcan la evolución de nuestras cuentas públicas".

Controles legales e institucionales que son también necesarios para "optimizar los recursos públicos", "luchar contra la corrupción" y lograr que las dudas sobre el volumen del gasto público "desaparezcan de España".

En unas declaraciones previas a su intervención, Montoro ha recordado que mañana se pondrá en marcha la tercera y última fase del plan de pago a proveedores, que supondrá un desembolso de 8.000 millones para poner "prácticamente al día" a las administraciones públicas.

Por su parte, el comisario Lewandowski, que lleva varios días de visita en España, ha confiado en que España aproveche "al máximo" los fondos comunitarios y que se superen las "dificultades" en la implementación de las ayudas contra el desempleo juvenil. El comisario ha recordado que España fue un "duro negociador" para seguir siendo beneficiario neto en el presupuesto comunitario multianual 2014-2020.

España recibirá unos 1.900 millones de los 6.000 millones de euros para la lucha contra el paro juvenil en los próximos dos años, y tendrá 47.000 millones para ayudas agrícolas directas y desarrollo rural. En la fase de implementación de las ayudas es cuando se juega la "credibilidad", máxime ante las dificultades detectadas con los fondos contra el paro juvenil, ha continuado.

Ha recordado que en su reunión del pasado viernes con el ministro de Hacienda éste le puso al tanto de las "dificultades" que existen para implementar estas asignaciones, sobre todo en las pymes, debido a que los estados deben adelantar los fondos para poner en marcha programas concretos, y después reciben el dinero de la UE.

Pero España se encuentra en un proceso de consolidación presupuestaria y reducción de déficit público que dificulta, si no impide, que adelante dichas cantidades.

A juicio del comisario, las ayudas públicas deben complementarse con la acción privada, y con una cierta "ingeniería", a la que la propia UE está cada vez más obligada, debido a unos presupuestos menguantes.

La secretaria de Estado de Presupuestos, Marta Fernández Currás, ha asegurado al respecto que se está negociando con Bruselas para superar esta situación.

Por otro lado, Lewandowski ha recalcado que el principal problema en la supervisión de los sistemas nacionales es que "hay demasiados interventores en relación con el importe del gasto".

Por ello, el reto es la mejora de los sistemas de control interno y su armonización europea, "si no, estaríamos obligados a suspender los fondos temporalmente o a mejorar las medidas correctoras, lo que podría ser doloroso porque supondría retirar pagos ya realizados", ha dicho.

Los controles, ha defendido, deben estar "basados en resultados", ya que "no podemos limitarnos a un control formalista de los fondos europeos".