Monteagudo regresa tras ‘Fin’ con un hombre lobo que acecha a una aldea

La escuela de Brañatuille, pintada por Luis Monteagudo, padre del escritor. (Foto: EP)
photo_camera La escuela de Brañatuille, pintada por Luis Monteagudo, padre del escritor. (Foto: EP)

David Monteagudo (Viveiro,1962) tenía miedo a los lobos cuando era niño. El temor era razonable porque vivía en Brañatuille (Castropol), en una zona de Los Oscos en la que aún quedaban esos animales. Una vez, con pocos años, se quedó solo en casa y fue en busca de su madre. «Al bajar las escaleras, me encontré con lo que más temía: un gran lobo me estaba mirando de frente. Salí corriendo, escapando de un perro», rememora el escritor, que se inspiró en ese episodio para dotar de «tensión argumental» a su nueva novela, ‘Brañaganda’.

A pesar de que su infancia rural no responde al tópico de asistir al calor de la chimenea a leyendas de hombres que ceden la mitad de su naturaleza a un lobo, Monteagudo sí recuerda que «los lobos estaban presentes porque, a veces, aparecían reses muertas por las mañanas y muchas noches escuchábamos sus aullidos».

Para escibir ‘Brañaganda’, se recrea en lo sobrenatural convirtiendo en protagonista «a un ser que mata mujeres de un modo sistemático». Mientras la mayoría del pueblo cree que se trata de un lobishome, el marido de la maestra intenta imponer su tesis de que es una bestia.

Los vecinos de Brañatuille sentencian desde el primero de los crímenes que se trata de un hombre lobo, pero el marido de la maestra concede una oportunidad al racionalismo e inicia una investigación para probar que los ataques son originados por un animal salvaje. No le resultará sencillo porque el convencimiento general y el modo ordenado de actuar del asesino se sobreponen a todas sus teorías racionalistas e inclinan a los vecinos «a pensar que se trata de un ritual mágico».

De su lado tiene a su mujer, «aunque ella prefiere la vía de denunciar el caso a las autoridades, por lo que va hasta una localidad más grande, en la que hay cuartel de la Guardia Civil». Otra figura que descarta el origen sobrenatural del fenómeno son una heredera que va a vivir al pueblo, y un emigrante que se enriqueció en la ciudad y regresa de vez en cuando para cazar.

David Monteagudo aporta algunas referencias más, pero son inconexas porque trata, al tiempo, de proteger la intriga de su novela. Apunta que «es una zona de minas en la que hubo huelgas y una represión dura, llegando después la paz de los cementerios».

Su madre llegó al lugar como maestra

David Monteagudo es hijo de la generalización de la educación de los 50 y 60, porque su madre, maestra, se lo llevó con tres años -hasta los seis- a su destino en Brañatuille.

Profesional

El autor, que lleva décadas viviendo en Cataluña; primero como operario de una fábrica, y desde hace casi un año como novelista profesional, gracias al éxito apabullantes de ‘Fin’, regresó a ese núcleo «en un intento de reconstruir el paraíso perdido de la infancia». Monteagudo grabó vivencias de su infancia en el lugar «hasta el punto de que lo describí tal y como lo recordaba y, cuando regresé hace unos años para visitarlo, era tal y como lo recordaba y lo había contado en el original de la novela».

30.000

Su nueva entrega, ‘Brañaganda’, que llegará este viernes a las librerías editada por Acantilado, tiene como modelo el brillo de su anterior libro, ‘Fin’. Su debut como escritor le reportó diez ediciones, 30.000 ejemplares vendidos, traducciones a seis idiomas y una película recientemente rodada. El filme, que también supone el debut de su director, Jorge Torregrossa, está protagonizada por Maribel Verdú, Daniel Grao, Clara Lago, Blanca Romero, Antonio Garrido y el modelo Andrés Velencoso.

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