Monforte lucha por sus zapatos

Puesto de la firma Aira, en la feria monfortina. (Foto: T.Parga)
photo_camera Puesto de la firma Aira, en la feria monfortina. (Foto: T.Parga)

A mediados del siglo pasado, medio millar de personas vivía, a través de su trabajo en fábricas y talleres, del sector del calzado en la comarca de Lemos. Aunque la mayoría de esas factorías desaparecieron, las que quedan y los comercios de venta directa aspiran a mantener su cuota de mercado en base a un producto de calidad.

EL PASADO de Monforte aparece siempre vinculado al mundo del ferrocarril. Los años más prósperos de la ciudad se encuadran a mediados del siglo pasado, cuando su estación de tren era un punto clave en la red ferroviaria de toda España y el sector era el sustento de más de 3.000 familias. Pero Monforte existió más allá del tren y la segunda referencia industrial de la historia del municipio fueron los zapatos.

Hace medio siglo, una veintena de fábricas y talleres de calzado daban trabajo a medio millar de operarios. Monforte era en fabricación de zapatos lo que hoy son Elche o Menorca y, precisamente, algunas de las factorías de estas localidades se montaron a partir de la mano de obra formada que exportó la ciudad del Cabe.

PINCELADAS
Una tradición que se remonta al medievo

En el siglo XIII ya había una calle, dentro de las murallas del dominio de la casa de Lemos, llamada Zapaterías y a la que después se le denominó Juana de Castro. Avanzando en el tiempo, el catastro de oficios especifica que, en Monforte, había en 1753 un total de 34 zapateros. En 1896, la villa superaba los 11.000 habitantes y el número de zapateros ascendía a 43. 

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