Mitos populares

Me llevo un estupendo sobresalto hojeando El Progreso del sábado. El escritor Xosé Miranda, que analizó la semana pasada la tradición oral y sus vertientes literarias en unas jornadas, cita en una entrevista a José Tojeiro y su famosa "drogha en el cola-cao" como una derivación lógica y posmoderna de la enxebre ‘posesión do Corpiño’. La sorprendente historia de un señor de Cariño que explotó como fenómeno popular en el programa de televisión ‘Código Cero’ (y revivió con la eclosión de Youtube) fue analizada desde todos los ámbitos de la difusión, el éxito y la imitación, pero nunca había leído una explicación del origen tan afortunada como la de Miranda: el recurso a un mito conocido (y actualizado) por el personaje.

La sorpresa a la que me refiero viene por la rareza de que unas jornadas académicas expliquen leyendas populares actuales y pongan ejemplos de nuevos mitos urbanos, que no son más que vueltas de tuerca de los tradicionales pero con un falso testimonio videográfi co. El ejemplo es el programa de televisión ‘Cuarto Milenio’, que apoya todas sus historias de posesiones, fantasmas y casas embrujadas con reconstrucciones de los hechos supuestos y relatos en primera persona. Pese a que presumen de pruebas, sólo emiten
representaciones con actores.

La misma semana en que se celebraron estas jornadas en Lugo, se llevaba a cabo en Barcelona el Primer Simposio Mundial sobre Teorías de la Conspiración. Los momentos de crisis parecen los propicios para analizar la cara B de la realidad, que bien aderezada
tiene más parroquia que la propia realidad. La muerte de Kennedy, el área 51 de Roswell o el misterioso avión que (no) se estrelló en el Pentágono forman parte de la cultura popular alternativa moderna, de las ‘conspiranoias’ como explicación de los hechos incomprensibles. Echarle la culpa a un poder en la sombra es un mecanismo tan viejo como el origen de las religiones, que prefieren atribuirle los logros y los fracasos de la creación a un ente superior que asumirlas científicamente. Y ahí están sábanas santas, sangres licuadas y rostros de vírgenes en la tostada como (falsa) prueba física.

Referencias como las que hizo Xosé Miranda ayudan a revisar los conceptos tradicionales de mitos y leyendas y explican fenómenos actuales desde la distancia académica. Las culturas popular y oficial tienen demasiados puntos coincidentes como para desaprovechar ejemplos de la actualidad.

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