LUNES
Por estas fechas se cumplen catorce años del asesinato de un trabajador de una empresa de O Ceao. Se recuerdan los hechos en algún reportaje periodístico y en varias cartas de familiares y amigos de la víctima. Unos y otras hacen hincapié en el hecho de que, transcurrido tanto tiempo, el caso no haya sido esclarecido todavía. En una crónica de hoy mismo se califica el crimen de perfecto. Más exacto sería decir que se trata de un crimen impune, por ahora.
Habida cuenta de las sorpresas que a menudo deparan las pesquisas policiales en delitos que se consideran oficialmente archivados, catorce años no son demasiados. Recordemos, a modo de ejemplo, que a día de hoy sigue sin aclararse el asesinato del general Prim, cometido, como se sabe, en diciembre de 1870. Los especialistas (y el primero entre ellos don Antonio Pedrol Rius, paisano del conde de Reus) dan por descontado que el instigador fue Montpensier, el futuro suegro de Alfonso XII, pero sobre el brazo ejecutor no se ponen de acuerdo.
En los primeros tiempos del franquismo se habló mucho del crimen de Carmen Broto (o Brotons, quizá), una prostituta de lujo, muy bien relacionada con la clase pudiente de Barcelona. Se decía que la habían matado porque molestaba a alguien muy poderoso, inmerso en peligrosos negocios ilegales. Otras versiones afirmaban que había sido eliminada porque era confidente de la policía y delatora de los enemigos del régimen, razón por la cual se la consideraba culpable del fusilamiento de varias personas. En realidad nunca se supo quién o quienes la habían matado. Creo que el crimen de la Broto fue el primer gran éxito popular de El Caso, el semanario de Eugenio Suárez en el que trabajó el viveirense Fernández Rica, un ex policía que contaba en su hoja de servicios con la detención de Luis Trigo O Gardarríos.
Sucesos sin resolver los hay para todos los gustos. No se conocen todavía las identidades de quienes robaron el viril de la catedral de Lugo [en la foto de Pepe Álvez] hace más de siglo y medio. Ni tampoco el nombre de los autores del llamado crime da Legoa Dereita, en la parroquia vilabesa de Ladra, va para cien años. La verdad es que sobre este horripilante suceso (un hombre desollado vivo) todo es muy confuso. El sumario es ilocalizable, tanto en Lugo, como en A Coruña y en Madrid, audiencias por las que circuló. A un tal Bautista de Insua le habían hecho cargar con el mochuelo.
Otro suceso célebre, el de Liborio, en Ribas de Sil, también se cerró en falso. De hecho, el reo se murió culpando a sus cuñados, a quienes la Justicia dejó en completa libertad sin apenas someterlos a interrogatorio. Liborio estuvo encarcelado en Monforte pero lo ajusticiaron en Lugo. Para darle garrote había venido el verdugo de Burgos.
Si nos ponemos a hacer recuento de crímenes sin aclarar, no terminanos nunca. A mí, particularmente, el que más me sigue intrigando es el de Manolo Saco, en Sarria, en el verano de 1937. El otro día leí una carta en la que dan noticia del mismo al general Tella, otra víctima de intrigas sin cuento.
MARTES
Gracias al celo de nuestras autoridades, el nivel cultural de Lugo asciende imparablemente. Todavía está reciente aquel instructivo cursillo sobre el uso de consoladores y afines, y ya tenemos en marcha otro no menos práctico, impartido por una acreditada echadora de cartas: esta vez se trata de que la ciudadanía aprenda a leer el naipe español. O sea, como la Atenas de Pericles. Y todo ello, no hace falta decirlo, por cuenta de las instituciones públicas. Se ve que, una vez cubiertos todos los servicios sociales de primer orden, Xunta y Ayuntamiento no saben donde meter los cuartos sobrantes.
MIÉRCOLES
El Ayuntamiento de Viveiro acaba de hacerse con el pazo de Malates, que fue de la familia del regidor Ares Vizoso. Es una muy buena noticia. Todo lo que hagan las instituciones públicas por preservar el patrimonio nos parecerá poco. Pero el pazo importante de Viveiro es el de Grallal, hacia el que el Concello no muestra interés y sobre el que se cierne la amenaza del expolio. Su archivo es el más importante de la comarca, a mucha distancia de cualquier otro. Pero no sé yo si todo este mundo de objetos antiguos, legajos, papeles y documentos le quedará un poco lejos al señor alcalde. Quizá sí.
JUEVES
Otra buena noticia: por decisión municipal, el torreón de la Cárcel Vieja de Monforte acogerá el legado de don Juan López Suárez, Xan de Forcados. El continente está a la altura del contenido. Yo creo que el doctor López Suárez sigue siendo un gran desconocido para los lucenses capitalinos, que ignoran lo mucho que debe nuestra ciudad a su mecenazgo.¿Quién recuerda que si no fuera por él tal vez la muralla ya no estaría en pie?
VIERNES
Durante toda la semana los vecinos del barrio de A Ponte no han cesado de movilizarse contra la decisión, compartida entre Concello y Asuntos Sociais, de alojar en la zona varias familias gitanas. Con estas cosas es muy fácil hacer demagogia y posar de buenista: cuando la china les toca a otros.
