''Mis padres no pudieron cuidarme y tengo otros

El modo en que las familias y sus entornos se enfrentan a una adopción no siempre es igual de natural, pero las diferencias físicas entre padres e hijos, sobre todo en el caso de las adopciones internacionales, son a veces tan evidentes que, más temprano o más tarde, surgen las preguntas.

Por esta razón, algunas familias lucenses que adoptaron en China crearon hace unos años una asociación, Chéng Baô, con la que buscan «transmitir ese orgullo de haber nacido en un país lejano y, a la vez, evitar que les den información deformada», explica su presidenta, Pilar Quiñones.

Su hija, Marina, tiene ahora 11 años y la experiencia le dice que las preguntas surgen a cualquier hora y en cualquier situación, por lo que es importante estar preparado y, para eso, nada mejor que la experiencia de otros padres, en realidad la principal razón de ser de la asociación.

En su opinión, la clave está en dar información lo más certera posible, «sin inventarse historias, ni truculentas ni fantasiosas. Simplemente, mis padres biológicos no me pudieron cuidar y afortunadamente tengo otra familia».

A finales del año pasado, 261 familias lucenses estaban en lista de espera para adopción nacional y 42, para internacional

Etiopía, Colombia y Rusia son los países más rápidos en este momento, ya que rondan los dos años, y acaba de sumarse Madagascar

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