El muelle comercial ribadense de Mirasol, contra lo que algunos expertos pronosticaban, está aumentando de forma significativa su capacidad de carga, que actualmente se sitúa en unas 450.000 toneladas, frente a las 150.000 que se le presuponían como tope; una limitación que llevó, entre otros motivos, a que la maderera Ence buscase otra dársena en Gijón.
El práctico del puerto de Ribadeo, Francisco Javier Torviso, confirma que aproximadamente desde diciembre de 2010, esta dársena comercial recibió una media de unos ocho o nueve barcos cada mes, pero que en lo que va de año, la cifra aumentó a los nueve o diez cargeros que arriban mensualmente desde diferentes países de Europa, fundamentalmente para cargar pasta de papel. El dato contrasta con los dos barcos que solían atracar cada mes, con anterioridad, en este muelle.
Insiste también Torviso en que además el puerto ribadense está soportando «a pleno rendimiento» una capacidad de carga de unas 450.000 toneladas anuales, tres veces más de lo que se creía que aguantaría.
Expectativas
Pero las cifras que muestran el aumento de su capacidad y, por tanto, la recepción de un número cada vez mayor de barcos de carga, se multiplicarán próximamente, porque no sólo el práctico del puerto se muestra convencido de que el margen de crecimiento de este muelle es «mucho mayor que el actual», sino que la draga que se efectuará en el estuario dentro de un mes incrementará notablemente las previsiones.
Los datos auguran posibles cambios en las decisiones de las empresas que utilizan este puerto, no sólo porque se está comprobando cómo se puede usar más y a pleno rendimiento, sino porque la construcción del ramal ferroviario previsto por la maderera Ence, principal cliente del puerto ribadense, para trasladar sus mercancías de Navia a Gijón, se encuentra prácticamente paralizada. La ampliación de la factoría naviega de Ence, en mayo del año pasado, conllevó paralelamente un aumento de su producción, de la que se está beneficiando el puerto de Ribadeo.
Tamaño
El aumento de la capacidad de Mirasol y la próxima draga que se ejecutará en la zona, permiten además la entrada de barcos de mayor calado. «Hay una notable diferencia con los barcos que llegaban hace tan sólo cinco o tres años - señala Torviso-. A partir de ahora, los ribadenses empezarán a ver grandes cargeros entrando en la ría porque la media actual de capacidad de una embarcación de estas características es de unas 4.200 toneladas, cuando antes era de la mitad».
De hecho, ayer continuaba atracado en Mirasol un cargero holandés, que trasladará a Amberes unas 4.800 toneladas de pasta de papel y que tiene unos 111 metros de eslora, lo que lo convierte en uno de los de mayor tamaño que ha recibido el puerto en el último año. Si bien está previsto que, con el próximo dragado, el tamaño de estos buques sea similar o mayor. La estancia habitual de los cargueros es de dos días, que la tripulación, de unas ocho personas, aprovecha para visitar la villa.
EMPLEO
- El puerto mantiene a sus 80 trabajadores. La capacidad de Mirasol, que va en aumento, permite además mantener a los 80 puestos de trabajo que dependen de esta actividad y entre los que figuran cuatro consignatarios, en torno a 25 camioneros, 15 personas en el personal de estiba y desestiba del puerto, aunque sólo para la pasta de papel hay otros 25 empleos.
- Procedencia. La mayoría de los cargueros que arriban a este puerto, sobre todo para cargar pasta de papel, procede del norte de Europa y en menor medida de Portugal, aunque el destino mayoritario suele ser Amsterdam.
