''Ministra, puede que tengamos un accidente''

"Ministra, puede que tengamos un accidente". Son las 14.55 horas en Canarias y Ana Pastor abandona momentáneamente un cóctel que comparte en Santa Cruz de Tenerife con un grupo de periodistas porque le acaban de comunicar una posible emergencia aérea. Comienzan 15 minutos de infarto.

El 112 acaba de recibir llamadas de personas que avisan desde la costa de Gran Canaria de que un avión puede haberse precipitado al mar cerca del aeropuerto de la isla, lo que de inmediato se transmite siguiendo los protocolos para estos casos a Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA) y dispara las alarmas.

Ana Pastor y el presidente de Canarias, Paulino Rivero, charlan en esos momentos con representantes de los principales medios de comunicación del archipiélago en la Presidencia del Gobierno autonómico, en un cóctel organizado con ocasión de unas jornadas de debate auspiciadas por la Asociación de Periodistas Europeos.

A poco más de cien kilómetros de allí, una gabarra remolcaba por otra embarcación transporta a pocas millas de la costa de Telde, Gran Canaria, una pieza del fuselaje de un avión, de color amarillo. Visto desde tierra y en la distancia, parece una aeronave que acaba de amerizar, y el aeropuerto está solo a unos kilómetros.

"Ministra, puede que tengamos un accidente". El director de Comunicación de AENA, Antonio San José, transmite a Pastor la noticia que acaba de recibir por teléfono móvil y se la lleva aparte. La expresión le ha cambiado. Lo mismo le pasa a Paulino Rivero, que se retira con su consejero de Economía y Seguridad.

La mecha de un posible accidente aéreo ha prendido en la tierra que vivió en sus carnes el último siniestro de un avión comercial ocurrido en España, el vuelo de Spanair a Gran Canaria que se estrelló en 2008 cuando despegaba desde Barajas, con 154 muertos.

15:01 horas, hora local. El 112 de Canarias, lanza a sus 54.304 seguidores en Twitter este mensaje: "Control Canarias confirma caída al mar de avión a 2 millas costa #GranCanaria a la altura de Jinamar. Se desconoce el número de pasajeros". Es una cuenta oficial, del Gobierno canario, ampliamente seguida por la prensa, por la seriedad y fiabilidad con que habitualmente trabaja.

Los portavoces de AENA no tienen datos ciertos en ese momento. El aviso es creíble, parece que desde la costa se ve un avión, incluso llegan informes de aeronaves en vuelo cuyos comandantes no son capaces de decir si lo que flota en el mar es o no otra aeronave. Sin embargo, en los radares del Control Aéreo de Canarias no falta ninguna aeronave de las que aparecían minutos antes.

La noticia ya se ha desatado: "Posible accidente aéreo en Gran Canaria". Ha salido momentos antes de que desde los empleados de la propia AENA y la Delegación del Gobierno se grite, con alivio: ¡Falsa alarma, falsa alarma!".

Solo han pasado 15 minutos, 20 a lo sumo, y el accidente aéreo en Gran Canaria, por suerte, se desvanece. ¿Qué ha pasado?

La explicación tarda en conocerse y para entonces ya circulan por internet fotos lejanas subidas a Twitter por usuarios de esa red social que certifican que, efectivamente, lo que se allí se ve "parece" un avión. Pero no lo es, lo aclaran de inmediato los helicópteros enviados a la zona por el Servicio Aéreo de Rescate del Ejército del Aire y el propio Gobierno de Canarias.

Lo que flota en el mar, frente a la costa del barrio de Jinámar, entre Telde y Las Palmas de Gran Canaria, es una gabarra que transporta una pieza del fuselaje de un avión, pero no es el avión que parece verse desde tierra. Todos respiran aliviados.

"SAR, Control Aéreo y helicóptero del GES confirman que se trata de un remolcador tirando de una embarcación", lanza el Twitter del 112 canario a las 15.09. "Recursos en el lugar sobrevolando la costa #GranCanaria confirman que no existe accidente de avión. Se trata de un remolcador con embarcación", amplía nueve minutos después.

Pero la pregunta persiste: ¿qué ha pasado? ¿qué ha ocurrido para que se lance en público por un canal oficial una alerta de este tipo?

Probablemente, el 112 y el Control Aéreo revisarán en las próximas horas las grabaciones de las conversaciones de sus operadores para certificar si alguien dijo realmente que se trataba de un avión y el asunto incluso podría saltar en breve al debate político en forma de pregunta parlamentaria.

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