De luchar con Fidel a renegar del castrismo. La mariñana Juana Maseda se sumó en los años 50 en Cuba, como agente secreta del M-26, a la lucha por derrocar al dictador Batista. Acorralada por la Policía del régimen, para salvar la vida tuvo que dejar la isla un año antes del triunfo de la revolución. Ahora se arrepiente de haber apoyado a Fidel Castro.
apasionada de los libros desde pequeña, a sus 76 años Juana Maseda se resiste a prescindir de ellos pese a padecer algún problema en la vista. Ahora, desde el pueblo mariñano en donde vive, animada por su familia, se ha decidido a recordar su experiencia como emigrante en Cuba. Su testimonio podría ser uno más de la diáspora, pero una cicatriz de bala en un brazo prueba que la suya es una historia diferente. Juana se unió como agente secreta a la lucha liderada por Fidel Castro contra el dictador Batista en los años 50 y, tras muchas peripecias -incluido un intento frustrado de unirse a la guerrilla en Sierra Maestra-, acorralada por el régimen, tuvo que huir de la isla un año antes de triunfar la revolución.
La misma determinación que la llevó a sumarse a una causa en la que muchos perdieron la vida a manos de los sicarios de Batista la muestra ahora para decir que se avergüenza de haber apoyado a Fidel, a quien acusa de «destruír» Cuba, que «agora non e dos ianquis, pero tampouco dos cubanos». Esas vivencias las ha plasmado el escritor Xavier Alcalá en su novela ‘Verde oliva’, publicada por Galaxia. Ahora es ella la protagonista de uno de los libros de los que tanto disfruta.
«É abraiante o peso que tiveron os galegos na revolución»
El escritor Xavier Alcalá destaca el gran peso que tuvieron los gallegos en la revolución cubana. «Foi abraiante, moitos dos seus grandes protagonistas tiñan apelidos de aquí», subraya, y resalta que su lugar de origen estaba sobre todo «dende o Eo ata A Coruña».
Sobre cómo conoció a Juana Maseda, a la que rebautizó como Mariana ‘Verde oliva’, dice que fue de forma causal en una velada literaria en Viveiro, al tener una amiga en común. «Cando puiden falar con ela, alucinei: tratou con todo o mundo que fixo historia alí e pegoulle un tiro o maior carniceiro da contrarrevolución», dice Alcalá aún sorprendido. «É a realidade da vida, na que é axente segredo quen menos te esperas».
