NECROLÓGICA ►En memoria de Ana Rey

Flores en un cementerio. PIXABAY
photo_camera Flores en un cementerio. PIXABAY

Hace días que te fuiste. Pensaba escribir antes estas letras, pero la tristeza me invade, los sentimientos atenazan y la pena imposibilita. No acepto que nos dejases, me parece imposible. Por las tardes llega la hora a la que solía llamarte y pienso: "Voy a llamar a Ana". Y no estás. Te fuiste, y no lo entiendo.

Parece que hay enfermedades que se ceban más con las personas que tienen muy buena salud. Es lo que pasó contigo. Con las personas vitales como tú, alegre, optimista, simpática y generosa con todos. Querida amiga, dejas un espacio que no va a ser posible llenar. Nos dejas huérfanos a tus hijos, nietos, a tu hermana Elba y a las amistades que, como la de Berta y la mía, estuvimos tan pendientes de la evolución de tu enfermedad que nunca pensamos en un fatal desenlace. Los momentos compartidos, que fueron muchos, siempre nos quedarán. Pero nos faltas tú, que eras su chispa y su luz.

Tu partida nos dejó un silencio y un vacío pesado, pero pensamos que la vida es algo más que ese tránsito, y tú nos dejas una vida llena y plena para recordarte.

Pasaste por dos de sus etapas, el nacimiento y la muerte. La tercera, el amor, nos lo seguirás dando cada vez que te recordemos. AURORA ROCA.