Medio siglo entre feligreses

Hace más de medio siglo el monasterio benedictino de Samos recibió al vitoriano Miguel Oar Isidoro, de 86 años de edad, que repartió su vida monástica entre la abadía de San Vicente del Pino, en Monforte de Lemos, y el cenobio samonense. El religioso deja huella en las dos localidades, lo que quedó demostrado durante una ceremonia en Samos para conmemorar sus bodas de oro sacerdotales, pues estuvo acompañado por numerosos amigos.

Según recuerda el monje, llegó a Samos en 1962 para formarse y dos años más tarde se ordenó sacerdote. Su labor monástica lo llevaría en 1967 al monasterio de San Vicente del Pino de Monforte de Lemos, localidad en la que vivió durante «treinta años». «La casa de San Vicente del Pino siempre fue de Samos, así que cuando me fui para allí no hubo ningún problema de papeleo ni nada», explica.

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