Medio Rural recomienda colocar trampas caseras contra la plaga de la patata

Los almacenistas aseguran que con la plaga están perdiendo el 30% de su negocio y que prácticamente ya no venden semilla para plantar
Asistentes a la sesión informativa de Abadín
photo_camera Asistentes a la sesión informativa de Abadín

Una de las recomendaciones de la Consellería de Medio Rural en la lucha contra la polilla guatemalteca de la patata es colocar trampas caseras y son las oficinas agrarias las que se encargan de explicar cómo fabricarlas. En una charla en Abadín, el jefe de Servizo de Explotacións Agrarias en Lugo, Pablo Iglesias, remarcó que "ante calquera dúbida ou sospeita" pueden contactar con las oficinas agrarias, donde facilitan polilleros y muestras de feromonas sexuales para poner trampas en las fincas. En la campaña contra esta plaga realizada en 2016 se instalaron 491 trampas en parcelas, que capturaron casi 12.500 ejemplares de polilla guatemalteca, y 350 en almacenes de patatas, donde cayeron 1.207. En la actualidad hay 820 polilleros en Lugo y 283 trampas colocadas en terrenos y almacenes.

El salón de actos del nuevo consistorio de Abadín se quedó pequeño para albergar a las aproximadamente 200 personas que asistieron a la charla informativa sobre la plaga que ofreció Pablo Iglesias, acompañado por la jefa territorial de la Consellería de Medio Rural, Olga Iglesias, y la jefa de sección de Sanidade e Produción Vexetal en Lugo, Dolores Vila.

Tras explicar el origen de la plaga, su expansión en los últimos meses, el ciclo vital de la polilla y las medidas fitosanitarias, tanto obligatorias como recomendadas, en fincas y lugares de almacenamiento que estableció la Xunta, Iglesias incidió en la prohibición de sacar este tubérculo de la zona demarcada y en la recomendación de no plantarlo en esta campaña de cara al Real Decreto que sacará próximamente el ministerio y por el que "a que estea plantada haberá que retirala para destruila".

Los técnicos de la Xunta solicitan la colaboración de todos otra vez para evitar la pérdida de un cultivo tradicional

En el turno de preguntas, algunos asistentes criticaron que las medidas actuales, principalmente la recomendación o prohibición de no sembrar, no se aplicaran antes, ya en la campaña anterior, para evitar la propagación de la tecia.

Otros asistentes expusieron sus dudas respecto a lo que pasaría en caso de plantar las patatas igualmente, aunque fuera para autoconsumo, tomando las precauciones necesarias, y si habrá multas si se siembran. "Agora mesmo non hai a prohibición de prantar, é só unha recomendación tendo en conta o que vai pasar cando saia o decreto", explicó Iglesias, que incidió mucho en que para erradicar esta plaga es precisa "a colaboración de todos. O obxectivo común é tomar as medidas máis eficaces para evitar a propagación e lograr a súa eliminación. Se non facemos nada, o resultado a un ou dous anos vista é que imos perder a pataca e o que queremos é volver a cultivala. Temos que concienciarnos todos", insistió.

SITUACIÓN. Los almacenistas son los grandes perjudicados por la anunciada prohibición de plantar patata en A Mariña, Abadín y A Pastoriza, debido a la plaga de la polilla guatemalteca -Tecia solanivora-, puesto que a la semilla adquirida para la venta, que ahora ya casi no les demandan, se suman importantes pérdidas de negocio, que estiman en un 30%, puesto que al no hacerse la siembra, los pequeños agricultores y productores profesionales tampoco les comprarán abonos, sulfatos, máquinas de sulfatar, botas, cierres para las fincas, cestos ni sachos.

El gerente de Agricentro da Costa, con instalaciones en Magazos (Viveiro), Ramón Cruz, aseguraba ayer que las ventas de tubérculo para siembra descendieron de manera notable con respecto al año pasado. "Non se parecen en nada a outros anos, a nós isto arráncanos un brazo. Ninguén esperaba isto agora. Se non hai outra fórmula, penso que teremos que parar de traballar". Además, añade que la semilla almacenada ahora no puede devolverse y sacarla de A Mariña lucense.

Cruz explica que en los últimos meses efectuó una inversión importante en botas, herramientas de campo, máquinas de sulfatar y abonos, que ahora no tiene quién le compre. "Se o soubese xa non facía ese gasto, houbo tempo de tomar medidas, pero non se fixo e agora quedamos colgados". El almacenista indica que en los últimos años aguantaron al diversificar el negocio, pero la situación cada vez se pone más complicada para continuar. "Estou moi disgustado, isto é a puntilla, é a antesá do peche", lamenta.

El responsable de este almacén indica que respetará lo que diga la Administración y que no recuerda una plaga tan dañina. Explica que el 70% de los compradores de semilla plantan por tradición y para mantenerse activos, por lo que considera que esto hará que pierdan el hábito y que la zona rural quede abandonada. Isto xa non se volve a recuperar, xa se viu o que pasou coas vacas tolas, despois xa non foi igual". Además, cree que las personas mayores que quedan en las aldeas no identificarán las parcelas plantadas y directamente dejarán de sembrar.

Ramón Cruz desconocía ayer cómo estaba la situación, porque ningún técnico de la Xunta le informó al respecto. Tampoco le ofrecieron trampas para su almacén, pero piensa que "isto é moi grave" y espera que lo expliquen durante la charla que ofrecerán los técnicos de Medio Rural en Viveiro la próxima semana.

Otros vendedores que operan en la comarca mariñana, como los de Patatas Burela y Patatas Basilio de Viveiro, no están tan afectados porque comercializan menos cantidad de para sembrar. Basilio apunta que toda la que vende es seleccionada y hasta ahora nunca tuvo problema, pues desinfecta el almacén dos veces al año. Sin embargo, constata que en fincas de la parroquia vivariense de Celeiro se detectó la plaga hace ya siete años y apunta que la afección varía de unas parcelas a otras. Sus compradores para consumo solicitan "pataca sen verme".

Óscar Casasiego de Patatas Burela indica que tampoco tuvo producto infestado ni entraron en su almacén las polillas. Ahora ya solo vende para consumo y toda la producción procede de fuera de la zona, desde Ourense hasta Burgos o Palencia e incluyendo Francia. Este vendedor percibe que "o prezo está subindo, porque os que teñen patacas aproveitan". De hecho, calcula que en los últimos años la cotización del saco de 25 kilos ya se incrementó en unos cinco euros. "Iso depende da produción que haxa, o prezo ao que máis deixen e a demanda".

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