Medio Ambiente considera ''alarmante'' la turbidez del Sil por el vaciado de Santo Estevo

Técnicos del Ministerio de Medio Ambiente tomaron este miércoles muestras de agua del río Sil a lo largo de la cola del embalse de Santo Estevo después de constatarse una "alarmante" turbidez que está causando considerables problemas en la ciudad de Ourense, donde las playas fluviales han quedado inutilizadas para el baño de aquellos que las frecuentan.

El enlodamiento del Sil tiene que ver con el vaciado de la presa que inició Iberdrola hace un mes para poder ampliar su central hidroeléctrica.

Las primeras hipótesis que manejan los especialistas de Medio Ambiente son que al bajar tanto el nivel de las aguas se ha incrementado la corriente de agua (antes estaba embalsada), lo que propicia que el lodo acumulado durante años en el fondo del río sea lavado y arrastrado por las aguas.

Tal situación era este miércoles constatable a la altura de Doade, entre Monforte y Sober, punto en el que ha quedado inutilizado el embarcadero de los catamaranes de la Diputación de Lugo.

Agentes de la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil, alertados por la situación que se vive en Ourense ciudad, han establecido varios puntos de control de calidad de las aguas hasta Ribadavia. Hasta el momento, según dijeron desde el organismo de aguas, no se ha constatado contaminación alguna que pueda afectar a la vida del río, aunque sí indicaron que la acumulación de lodos resulta "alarmante".

La confederación ha instado a Iberdrola a tomar de forma inmediata las medidas necesarias para frenar el arrastre de barro.

Puntos de control
Desde la empresa hidroeléctrica señalaron este miércoles que es cierto que el agua "puede estar más turbia de lo habitual, pues hay que tener en cuenta que a Santo Estevo van a parar los residuos de muchas industrias de la zona", pero que la empresa de biólogos que tiene contratada como medida complementaria a los planes de control medioambiental, la firma URS, "analiza constantemente los niveles y calidad de las aguas y no nos ha notificado en ningún momento que haya alguna anomalía o parámetros fuera de lo correcto".

Iberdrola ha establecido diez estaciones de vigilancia a lo largo del río Sil, concretamente entre aguas arriba de Augasmestas, en Quiroga, y las cercanías de la desembocacura del cauce en el Miño, a la altura de Os Peares.

Entre los objetivos marcados en esta iniciativa está controlar el caudal de entrada y evitar incrementos bruscos, así como que las velocidades de descenso del nivel de las agua sean moderadas y adaptadas a la turbidez generada.

Entre los parámetros que se miden en estos diez puntos de control están, además, el oxígeno disuelto, la temperatura y la acidez, entre otros.

También se estudia la morfología del nuevo cauce, esto es, su velocidad, profundidad, anchura y pendiente de taludes, y el seguimiento de la distribución de los peces en las zonas donde exista riesgo de enturbiamiento.

 

Doade, embarcadero de los catamaranes en el aire. En la cola del embalse, que se prolonga durante once kilómetros, son muchos los lugares en los que se aprecia el fuerte descenso debido al vaciado de la presa de Santo Estevo, como en el punto de embarque que tenían hasta hace poco los catamaranes de la Diputación de Lugo, situado en al zona de Doade, entre Monforte y Sober.

 

Os Chancís, un enclave a estudiar para recuperarlo. El pantalán construido en su día en Os Chancís, un lugar del municipio de Sober y más alejado de la cola de la presa, también ha quedado inoperativo. Ahora, Diputación y especialistas de Iberdrola estudiarán la posibilidad de moverlo unas decenas de metros para que en caso de nuevos vaciados pueda mantener su operatividad.

     
 
Turbidez en la desembocadura del Edo. El río Edo atraviesa las tierras ourensanas de Castro Caldelas antes de desembocar en el Sil. En este punto es muy apreciable el elevado estado de turbidez que presentan las aguas debido, según todo hace indicar, al arrastre de los lodos que durante años se han ido depositando en el fondo del cauce. Además, en el lugar se hace patente la fuerte bajada del nivel de las aguas.   La ciudad de As Burgas, la gran damnificada. La ampliación de la presa de San Estevo ha causado numerosos problemas en la ciudad de Ourense, como que se hayan anegado las termas que hay a pie del río Miño, que fuese preciso paralizar la construcción de una pasarela peatonal en Oira y la reforma de O Tinteiro y que ahora hayan quedado inutilizadas las zonas de baño por culpa del lodo arrastrado.

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