Medidas de refuerzo ineficaces y un sistema informático poco operativo impiden prosperar

Que el incremento de los litigios que llegaron a los juzgados en los últimos años acarreó un aumento de los casos pendientes resulta comprensible y lógico. Sin embargo, paradójicamente, a lo largo de 2010 creció el atraso, a pesar de que disminuyó en número de casos que entraron en la sede judicial.

Para los sindicatos, la explicación está clara. Por una parte, afirman las medidas de refuerzo que lleva a cabo la administración resultan ineficaces, sostienen.

«El personal interino no recibe la formación obligatoria, por lo que les tiene que enseñar un compañero y, cuando aprenden, los pasan a otro juzgado», critican los sindicatos.

Por otra, el nuevo sistema informático Minerva -que se puso en marcha en mayo del pasado año- llegó «con muchos fallos» y se implantó «de un día para otro», sin que nadie lo supiera utilizar. «Las plantillas no estaban adaptadas a la nueva ley y el sistema de códigos que tiene es muy complicado y retrasa enormemente el trabajo». A esto se suman unos ordenadores «lentos y obsoletos», que impiden agilizar los trámites.

Según concluyen, lejos de buscar soluciones definitivas, se buscan «parches» que habrá que valorar a largo plazo.

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