Medicamentos, leyes y política

LOS CONSEJEROS de Sanidad y Economía de la Generalitat coinciden en  ver la financiación de la sanidad como un problema muy serio. Esta visión desde Cataluña se produce el mismo día en que el Ministerio de Sanidad anuncia que recurrirá por invasiónd e competencias el catálogo gallego de medicamentos que entró en vigor ayer. El catálogo se aprobó con los votos de PP y BNG en el Parlamento de Galicia y plantea que se recete el medicamento más barato cuando existan varias opciones iguales. Es una medida de ahorro económico, no de calidad asistencial. El catálogo no le gusta lógicamente a la industria farmacéutica. Tampoco le gusta al portavoz de Sanidad de los socialistas gallegos, Miguel Ángel Fernández, que ve un ahorro mínimo «a costa de recortar los derechos» y «de romper el equilibrio del sistema nacional de salud». Las dudas sobre si la prescripción farmacéutica corresponde al Ministerio o a la  Comunidad Autónoma es asunto para juristas y el Constitucional. La racionalidad de buscar el ahorro es asunto de gestión que la política no debería cuestionar. Establezca el catálogo el Ministerio, si niega la comptencia a la Xunta. Es la cartera y la salud, no la política.

EL MINISTRO DEL PRESTIGE

En días de sequía informativa el cabreo de Cascos es atractivo periodísticamente. Y es asunto a potenciar por los competidores del PP y, en ese mismo partido, por los enemigos de Rajoy . Pero la reacción del señor Álvarez Cascos dándose de baja en el PP al fracasar su intento de candidatura a la presidencia de Principado de Asturias dice muy poco de su larguísima trayectoria de político bajo disciplian de partido, que ocupó además altos cargos. El señor Álvarez-Cascos, ministro responsable en la catástrofe del Prestige, se convierte en un caído cuando debería estar en plácida retirada de la política.

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