Gemma García y Pablo Valcárcel, premiados
Pablo Valcárcel es un jugador habitual de los juegos de azar, de la Nacional solo compra en Navidad y Reyes, pero prueba suerte con la Bonoloto y la Primitiva a menudo. Le gustan los sorteos y el día del Niño estaba delante del televisor viendo como salían los números. «Y de repente ahí estaba el Gordo y era el mío, el del Manhattan. No asimilaba, escasamente veía las cifras y ni me fijé en la fracción ni en la serie ni gaitas», recuerda.
Se fue corriendo a la cocina para avisar a su pareja y ella estaba con las tostadas y el café, recién levantada y le espetó el típico «no me marees, déjame tranquila que con eso no se bromea», recuerda Gemma García. Trabajo le costó convencerla de que iba completamente en serio. «Me lo dijo varias veces y yo pasando, hasta que le vi un gesto de desesperación y pensé, ostras, que va en serio», cuenta ella.