Más sobre el puente

Aun comprendiendo a los vecinos de San Lázaro y a otras personas con intereses comerciales en la zona, reacias a la peatonalización del puente romano, deberían entender que su deseo no es general y no coincide con lo más lógico, cortar el tráfico rodado. Ni el ancho de la calzada hace factible el trasiego, salvo que no pasen viandantes, ni el regenerado aspecto del viaducto lo aconseja. Parece, pues, razonable la postura del alcalde y no la de quienes se oponen pensando más en los votos que en otra cosa, sobre todo cuando Orozco plantea habilitar el acceso al barrio desde el nuevo puente, que es lo sensato; acabarán, ya se verá, por agradecerlo. Pasó con algunas de las calles peatonalizadas, cuyo rechazo se evaporó en aras de la comodidad y de la cordura. Parece que la mayoría no hace ascos a la propuesta del alcalde, si bien el pretender que se habilite para vehículos en tanto no se disponga del nuevo vial es peligroso. No convendría consolidar malos hábitos difíciles de reconducir después.

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