El equipo humano que conforma la plantilla de la factoría tiene una participación muy activa en la comunidad que le rodea. Esa implicación se percibe en las tareas de voluntariado que llevan a cabo, sobre todo en los municipios donde se asienta el complejo, aunque también en los municipios de Foz, Viveiro o Burela. De hecho, el director de la planta de Alcoa San Ciprián, Rubén Bartolomé, destaca que dentro de las 27 plantas de la multinacional, los empleados de la factoría lucense son «los que más se involucran en los programas que se desarrollan en la zona».
Más de 900 empleados del complejo mariñano participaron en los planes de voluntariado Bravo y Acción en los últimos doce meses. Ello supone que más del 88% de los trabajadores de Alcoa San Ciprián participaron en estas acciones en 2009. Los trabajadores dedicaron en total 56.675 horas de su tiempo libre a colaborar en actuaciones de acción social. Las organizaciones beneficiadas con las mismas recibieron casi 160.000 euros como muestra de apoyo.
La Fundación Alcoa respalda desde hace cuatro años proyectos con vocación de servicio a la comunidad en la comarca. Dichas acciones están promovidas por instituciones y organizaciones sin ánimo de lucro. Su objetivo es mejorar la calidad de vida de la comunidad de la que forma parte el complejo, sus trabajadores, familias y vecinos.
El compromiso social es un valor arraigado entre los trabajadores de la factoría. La Fundación Alcoa se encarga de respaldar y financiar los proyectos con especial atención a las áreas de educación y formación de jóvenes para facilitar su incorporación al mercado de trabajo, así como las acciones que favorecen el cuidado del medio ambiente y la sostenibilidad, pero tampoco olvida el apoyo a las personas desfavorecidas o con necesidades especiales.
Los programas específicos que sirven a este fin son los conocidos como Acción, Bravo y Vida. A través de ellos se fomenta tanto el voluntariado colectivo como individual, que ejercen los trabajadores de manera desinteresada.
