Más de 245 muertos en la explosión de una mina de carbón en Turquía

El peor desastre minero en la historia de Turquía, con un mínimo de 245 muertos, cifra que a todas luces se incrementará, ha ahondado la división de la sociedad turca con una sucesión de manifestaciones por todo el país e incluso intentos de agresión contra el primer ministro, Recep Tayyip Erdogan.

Los familiares de los obreros fallecidos en la mina de carbón de Soma, donde el martes se declaró un incendio, se abalanzaron sobre el primer ministro cuando visitó la ciudad.

Erdogan tuvo que refugiarse en un supermercado, mientras que su entorno quitó la matrícula oficial a su coche para evitar que se convirtiera en blanco de la muchedumbre.

La rabia apenas contenida de los mineros se contagió a decenas de ciudades en el resto del país y se registraron choques policiales tanto en la capital, Ankara, como en Estambul y Esmirna.

Especialmente en la propia Soma, la ciudad minera de la provincia occidental de Manisa donde se produjo el accidente, la actitud de las autoridades inflamó los ánimos.

Varios de los mayores sindicatos del país han convocado una huelga general para mañana, jueves, así como marchas de protesta en solidaridad con los fallecidos y contra las políticas económicas del gobierno.

Ya no queda esperanza de hallar a supervivientes, y todo indica que el total de muertos superará los 300, dado que a los 245 confirmados hay que sumar un centenar largo de mineros aún atrapados a una distancia de tres a cuatro kilómetros de la boca del pozo.

El ministro de Energía, Taner Yildiz, detalló que la alta concentración de monóxido de carbono en el pozo impide a los equipos de rescate avanzar por la mina, convertida en una trampa mortal que se ha cobrado ya la vida de algunos miembros de estos equipos.

Erdogan tampoco alimentó esperanzas de que se pudieran hallar supervivientes, pero subrayó que las autoridades se están ocupando de los fallecidos de la mejor manera.

"Haremos lo posible en lo material y lo espiritual. Rezan por ellos en los cursos coránicos y serán recordados en el sermón del viernes", indicó Erdogan, dirigente del partido islamista Justicia y Desarrollo (AKP).

Prometió una "investigación legal para clarificar las circunstancias" de lo ocurrido, pero se negó a adjudicar responsabilidades y describió el accidente minero como fortuito, comparándolo con las desgracias ocurridas en el pasado.

"Deberían ustedes saber como funciona la minería. En 1862 murieron 262 personas en una mina de carbón de Inglaterra, en 1866 fueron 361, en 1894, otros 290... En China murieron 1.549 en 1942, en Japón, 458 en 1963, en India, 372 en 1975. Este tipo de accidentes ocurre todo el rato", relató Erdogan.

"Se hizo una inspección de la mina en marzo pasado y no hubo irregularidades. Trabajar sin accidentes es imposible y esta mina es una de las mejores en cuanto a condiciones de seguridad", aseveró.

Los sindicatos, en cambio, creen que la causa de la tragedia es clara: las políticas de privatización y subcontratación, impulsadas por el gobierno del AKP desde su llegada al poder en 2002.

Cemalettin Sagtekin, miembro del Colegio oficial de Ingenieros y Arquitectos (TMMOB) denunció en la cadena CNNTürk las condiciones laborales de los mineros, que reciben salarios de apenas 1.200-1.500 liras turcas mensuales, equivalentes a 400-500 euros.

"La causa de las muertes es la ambición descontrolada de los patronos. Los ingenieros que deben hacer los controles regulares reciben su salario de la misma empresa", acusó Sagtekin.

"Esto no es un accidente. Es un crimen", dijo a la prensa Tayfun Görgün, presidente del sindicato minero Dev-Maden Sen.

"No había muertos cuando estas minas pertenecían a TKI, la empresa estatal del carbón; las muertes empezaron con la privatización. No son accidentes, son asesinatos", remachó.

De hecho, Alp Gürkan, propietario de la empresa minera Soma Holding, responsable del pozo en el que se produjo el accidente, había alardeado hace dos años con la bajada de los costes de explotación, una vez que se decidió privatizar la mina en 2005.

"Antes, sacar una tonelada de carbón tenía un coste de 130-140 dólares, y ahora nos hemos comprometido a hacerlo por 23,80 dólares", indicó Gürkan al diario Hürriyet.

Turquía tiene la peor tasa de seguridad laboral de Europa, con una media de tres obreros muertos al día, y los accidentes mineros son un problema crónico.

Un estudio de la Universidad de Kirikkale muestra que el sector minero es el más peligroso del país, por delante del metalúrgico y la construcción.

Como media, al año mueren 80 obreros en accidentes mineros en Turquía, según el mismo estudio, lo que equivale a uno de cada mil trabajadores.

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