Marta Rivera rehabilita a ocho mujeres que triunfaron pese a su condición

La mexicana Matilde Montoya pudo ser médico porque el presidente Porfirio Díaz se presentó en el examen. Matilde fue una pionera porque era la primera vez que una mujer podía acceder a la profesión en su país. Antes, el mandatario había modificado el reglamento para acceder al examen porque le prohibían presentarse al hablar de 'alumnos' y no de 'alumnas'.

Las dificultades que se encontró por ser mujer en una sociedad organizada para la proyección social y profesional de los hombres, y los obstáculos que los varones pusieron a otras siete féminas, son explicada por la escritora lucense Marta Rivera de la Cruz en los libros 'Ellas hicieron historia' y 'Mi primer libro sobre ellas', que publica Anaya Infantil y Juvenil. Las obras son un encargo de la editorial con motivo de que el próximo martes se cumplen cien años de la declaración del Día Internacional de la Mujer.

Marta Rivera de la Cruz hizo una selección de mujeres «teniendo en cuenta que tengan algo que se pueda contar en su vida para que se pueda trabajar en clase». Otro criterio al que se acogió fue el de la «representación geográfica y profesional, para que fuesen de lugares diversos y hubiesen destacado en ámbitos como la filosofía, el derecho o la intepretación».

Las mujeres elegidas fueron la condesa de Benavente (mecenas de Goya), María Guerrero (promotora teatral), María Moliner (autora de un diccionario de español, e impulsora de las bibliotecas y la lectura), Clara Campoamor (primera mujer diputada), Rosalía de Castro (escritora gallega), Matilde Montoya (médico), María Zambrano (figura clave en la historia del pensamiento) o Anaís Napoleón (pionera de la fotografía en España).

La condesa de Benavente figura en los dos volúmenes «porque ejerció el mecenazgo con Goya y es una muestra de que un pintor no puede llegar a ser grande sin nadie que le apoye», destaca la escritora y periodista.

El principal valor por el que destaca a María Guerrero son tanto su labor como actriz y empresaria, «como que llegó a ser famosa en un momento en que no había grandes medios para llegar a serlo». María Moliner «hizo un diccionario completísimo sin ordenadores y no llegó a ser académica por ser mujer», comenta la autora.

Campoamor tuvo una importancia política evidente, mientras que Rosalía «recuperó un idioma». Matilde Montoya sufrió «que no la dejasen estudiar», apunta la autora, quien recuerda que el presidente de México acudió al examen para que le permitiesen hacerlo.

Sobre Anaís Napoleón apunta Rivera que «fue la primera mujer fotógrafa de España cuando ese oficio era algo extraño, de brujos, y también empresaria».

En cuanto a María Zambrano «tuvo que irse de España para ser filósofa y fue algo que perdimos».