Margallo celebra las palabras de Obama y recuerda que ''la cuestión de la secesión no gusta un pelo'' en EE UU

El ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, mostró su satisfacción por el apoyo del presidente Barack Obama a una España "fuerte y unida", que relacionó abiertamente con el reto independentista en Cataluña, y subrayó que la cuestión de la secesión "no gusta un pelo" en EE UU.

Tras recalcar que se debe dar "un cierto valor" a estas palabras de Obama porque el presidente de EE UU era consciente de que las pronunciaba durante la campaña electoral catalana, García-Margallo señaló que su declaración "es de agradecer", porque "lo más sencillo" habría sido "echar balones fuera" y no pronunciarse, con el argumento de que "esto es una cuestión interna" de España.

En cambio, Obama dejó claro que su país "desea una España fuerte y unida", lo mismo que dijo del Reino Unido "en el caso escocés", insistió el ministro en declaraciones a los periodistas que siguen en Washington la visita oficial de los Reyes de España a Estados Unidos.

Sin aludir al desafío independentista del presidente de la Generalitat, Artur Mas, Obama subrayó ayer martes en la comparecencia informativa posterior a su reunión con Felipe VI en la Casa Blanca que en EE UU están "profundamente comprometidos a mantener la relación con una España fuerte y unida". En parecidos términos se pronunció poco después el secretario de Estado de EE UU, John Kerry, durante una conferencia de prensa junto a García-Margallo.

Después de indicar que la declaración de Obama había sido "muy clara" y las palabras de Kerry "más claras todavía", ya que incluían "un compromiso con el Estado de Derecho", el titular español de Exteriores destacó que, en EE UU, la Constitución consagra la "indisolubilidad de la Unión" y recordó una sentencia del Tribunal Supremo que declaró nulo en 1869 un referéndum de secesión en Texas.

Sobre si podía deducirse de la declaración de Obama que el proceso soberanista en Cataluña había formado parte de su conversación con el Rey, García-Margallo se limitó a comentar que "estas cosas no suelen caer del cielo, como el maná en el desierto", antes de añadir que las palabras del presidente de EE UU no le habían sorprendido "absolutamente nada". Asimismo, expresó su confianza en dejar claro ante el electorado catalán en el debate que mantendrá con el líder de ERC, Oriol Junqueras, que una eventual independencia situaría a Cataluña "fuera de la comunidad internacional y fuera de la UE".

Margallo juzgó "bastante ridículo" que Artur Mas defienda declarar la independencia si la apoya la mitad más uno de escaños cuando para cambiar el Estatuto se requieren dos tercios e ironizó sobre cómo resta importancia a la posición de Obama mientras se muestra encantado porque respalden el "derecho a decidir" cinco congresistas de EE UU, el "1,1 por ciento" de la Cámara. "Claro que es verdad que era el mayor éxito que han conseguido en tres años en política internacional y era para celebrarlo", apostilló el ministro, antes de apuntar que "ni un solo país" entre 193 apoya las posiciones de Mas, cuando para que Cataluña viera reconocida su independencia necesitaría nueve votos en el Consejo de Seguridad, sin veto alguno, y 129 en la Asamblea General de la ONU.

Advirtió además de que una declaración de independencia en Cataluña perjudicaría las perspectivas de países con "procesos de explosión territorial" como Siria, Irak, Líbano o Mali, mientras que abriría "una caja de Pandora" en Europa, donde hay 278 regiones que, si optaran por la secesión "saltándose a la torera" Constituciones y normas establecidas, generarían "un auténtico caos". "Lo de la balcanización sería una broma comparado con lo que se nos vendría encima", aseguró en este punto García-Margallo.

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